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Exposición de Lola Doporto, en el centro cultural Marcos Valcárcel
Exposición de Lola Doporto, en el centro cultural Marcos Valcárcel MIGUEL VILLAR

El subconsciente plástico de Lola Doporto en el centro Marcos Valcárcel

01 nov 2021 . Actualizado a las 17:44 h.

«En la oscuridad, las cosas que nos rodean no parecen más reales que los sueños», Murasaki Shikibu.

La artista valdeorresa Lola Doporto presenta en el centro cultural Marcos Valcárcel de la capital, la exposición Saudades de soños. Las Marionetas de la artista, recrean estados psicológicos como una liberación del subconsciente, tanto los miedos que nos atenazan como las ilusiones que nos convierten en héroes, al vencernos a nosotros mismos. Las anónimas marionetas cobran autonomía e identidad, se convierten en alter ego y en colectivo humano por extensión. Afloran como personajes aislados o en grupo a través de una estética atractiva e hipnótica neokisch que escenografía escenas cotidianas con atmósferas ambiguas entre la pesadilla y la fantasía con gran vitalismo y energía e integandro aves, toros e instrumentos con carácter simbólico, origina extraños universos. Tradición, identidad y vanguardia a través de un lenguaje directo, incisivo y moderno y un cromatismo impactante, una caligrafía plástica personal, turbadora y revolucionaria que visibiliza la carismática fortaleza de la mujer en la lucha. Revisa los estereotipos femeninos y añade el misterio, la ficción con una sofisticación de la realidad y de los ambientes convirtiendo a estas marionetas en actrices y actores de una Arcadia misteriosa de amores y miradas, correspondidos o no en los que interactúan Julietas y Pompeyos de un platonismo folcklórico, heroico y apasionado que expresa en el ritmo de los planos que segregan espacios y disuelven perspectivas con aparente ingenuismo ya que su obra es incisiva con distorsión expresiva. Cartografía de una afectividad con encuadres cinematográficos e inquietante como en suspense que desplaza la aparente armonía del escenario con el uso dramático de la luz en planos de fuerte iluminación y sombras contrastadas. Obras de corte narrativo que expresan ternura y sensualidad en rotundos escorzos con el protagonismo de las cabezas y extremidades hipertrofiadas, los fondos de trabajadas texturas que enfatizan anatomías orgánicas, peraltadas con monumentalidad titánica. Marionetas con carga de pasado, memoria autobiográfica y narración surrealista que presiden, a modo de proyecto performativo específico y sorprenden monumentales los dos maniquíes realizados por la artista con una técnica personal en la que recreó su plástica para el volumen escultórico de las cabezas.

Desde una obra con enigmas y capas que corresponde al espectador descubrir, la autora reflexiona detrás de las cuencas vítreas de estas marionetas que esconden sus ojos sobre el existencialismo desde un realismo mágico que se transforma en surrealista, entre la seducción y la angustia. Metáforas plásticas definidas con un lenguaje contemporáneo y una iconografía un tanto underground que remite sutilmente al Lawbrow o Surrealismo Pop en la reproducción de iconos pertenecientes a la cultura popular. En la cosificación de lo humano y la dimensión sociológica atribuida al artefacto artístico.

Presenta en los retratos, una mirada aristada de la psicología del personaje convertido en marioneta introspectiva que define cierta humanidad y personifica. Títeres sujetos por los hilos que guían y cercenan la voluntad de sus movimientos, la antítesis de la libertad.

Sorprende el protagonismo de las aves que como en El Bosco, constituyen el grupo faunístico más representado en su obra. Androides con inteligencia emocional e iniciativa. Las niñas-marioneta consiguen esa ingenuidad y dulzura infantil que se traduce en ternura, siendo tan humanizadas que abstraen al espectador de su corazón de muñeca de madera como en el cuento de Pinocho, cobran vida y son sus expresiones cándidas e inocentes, sensibles y frágiles, deliciosamente vitales en las relaciones, debilidades y afectos que suscitan con animales y objetos. Cabe destacar y solo en estas muñecas articuladas la presencia de pelo, ya que su ausencia caracteriza la mayor parte de la producción iconográfica como marca de su caligrafía artística y metáfora recurrente y obsesiva.

El carácter expresionista de los factores afectivos del color descubre la influencia cromática en la autora de Antón Pulido, el desasosiego existencial y la alienación en la marca de los personajes que aun en grupo permanecen aislados, concentrados exponiendo su intimidad para subrayar la propia fragilidad, individuos gregarios condenados al hacinamiento de la sociedad uniforme, sumisos en estampida bajo los limites imprecisos del ser. Las obras de Lola Doporto nos preparan para una nueva poesía.