Tres bachilleres extraordinarios buscan en la Física su futuro profesional

Fina Ulloa
fina ulloa OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Santiago, Martín y Adrián en el campus de Santiago
Santiago, Martín y Adrián en el campus de Santiago Sandra Alonso

Los ourensanos Adrián Vázquez, Santiago González y Martín Diz están entre los veinte expedientes académicos más brillantes de Galicia

23 oct 2021 . Actualizado a las 16:03 h.

Poco después de realizar las pruebas de acceso a la universidad, tres estudiantes ourensanos de bachillerato volvían a enfrentarse a un examen doble en el que iban a someter al criterio de un jurado sus conocimientos. Adrian Vázquez Velasco, que había cursado estudios en el IES Ramón Otero Pedrayo; Santiago González Gómez, que hizo el bachillerato en el IES Celso Emilio Ferreiro de Celanova; y Martín Diz Lindahl, que terminó esa etapa en el IES Blanco Amor, no se conocían de nada en ese momento.

De hecho, a pesar de que acabaron eligiendo carreras similares y hasta el mismo campus, aún tardaron bastante en saber que, además de su facilidad para las matemáticas y la física y de su procedencia ourensana, les unía también una distinción: formaban parte del selecto grupo de los veinte mejores estudiantes del año en Galicia seleccionados por la Xunta para recibir el Premio Extraordinario de Bachillerato.

«O exame foi mellor do que esperaba. Pensaba que sería máis complicado, e saín contento; pero a verdade que non esperaba levar nada porque sabía que me estaba presentando cos mellores de Galicia. Cando me enterei, foi porque me apareceu no móbil a noticia de La Voz de Galicia cos resultados preliminares, e unha semana despois, cando saíron as listas definitivas chegou a confirmación da Xunta», recuerda Santiago que está haciendo el doble grado de Matemáticas y Física en Santiago de Compostela. Este celanovés, aficionado a la lectura de novelas de ficción, a la música y a buscar en la Red temas relacionados con la historia y las ciencias, aún no sabe qué hará con los mil euros que acompañan al premio. «En principio van a estar gardados para cousas que vaia necesitando para agora para a universidade», apunta.

Adrián, que comparte con él las aulas del primer curso de ese doble grado en Compostela, reconoce que también se llevó una alegría al saber que era uno de los premiados. Tampoco él ha decidido en qué va a gastar el dinero, aunque teniendo en cuenta su pasión por la música -estudia sexto curso en el Conservatorio de Ourense y también forma parte de la Banda de Gaitas de A Carballeira- no hay que descartar que pueda destinar parte del mismo a esa pasión.

La de Martín, sin embargo, es el gimnasio. «Nunca he sido bueno en deportes de equipo, pero lo que consiste en coger cosas y volverlas a dejar en el suelo, es algo bastante sencillo y se me da bien», bromea refiriéndose a las pesas este tercer mosquetero del grupo ourensano de bachilleres extraordinarios. Él estudia en la facultad de Física. «Las matemáticas se me daban bien, pero esto me gustó desde el principio; desde la primera vez que me encontré con la asignatura en la ESO me di cuenta de que era lo mío», recuerda. No tiene tan claro, sin embargo, por dónde le gustaría enfocar su futuro profesional. «Esperaré a terminar segundo antes de decidir, pero me seduce la física cuántica», apunta.

Eso, es consciente, podría llevarle muy lejos de Galicia pero es de los que opina que cuando aparece una buena oportunidad no hay que dejarla pasar. «Seguro que extrañaría muchas cosas, pero creo que es algo que soy capaz de tolerar con vistas a buscar un futuro mejor», dice.

Adrián es algo más reticente, aunque no cree que se le pueda calificar de morriñento: «Se hai que facelo, faise; pero sempre que se poda un quedar aquí ou preto de aquí, mellor que marcharse, por exemplo para os Estados Unidos», dice. Santiago, al que le gustaría desarrollar su profesión desde la faceta investigadora también es consciente de que las oportunidades de hacerlo en Galicia son limitadas. «Sei que é un mundo moi difícil», pero tampoco se cierra a que su futuro sea en un campo distinto al que ahora imagina. «Supoño que segundo vaia avanzando no dobre grao e vaia vendo máis claro as posibilidades tamén terei máis claro cara onde vou tirar», dice.

Sabe, por experiencia, que un par de años pueden hacer variar su perspectiva. «Cando empecei bacharelato quería facer unha enxeñería, pero non acababa de ver ningunha que me convencese, pero segundo vin isto o do dobre grao pensei que era xusto que buscaba», recuerda.

Y es que parece que estos tres jóvenes ourensanos comparten algo más que premios, campus y afición por las matemáticas y la física: a ninguno le gusta tomar decisiones precipitadas; algo que, sin duda, es también una cualidad muy valiosa.