Ourense estrena la nueva normalidad sin ingresados en la planta covid

m. r. OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Personal de la planta sexta-sur del CHUO, en el primer día en más de un año sin pacientes covid ingresados en planta
Personal de la planta sexta-sur del CHUO, en el primer día en más de un año sin pacientes covid ingresados en planta SERGAS

En el CHUO permanece hospitalizada una persona en la unidad de cuidados intensivos

09 oct 2021 . Actualizado a las 22:35 h.

La ansiada normalidad por la baja incidencia actual del coronavirus no solo se aprecia en las calles y establecimientos comerciales y culturales, sino en los datos sanitarios. Por primera vez en más de un año, los hospitales ourensanos no tienen ningún ingresado en sus plantas afectado de covid. Sí permanece un paciente con esta enfermedad en la unidad de cuidados intensivos del CHUO. Fue en junio del 2020 cuando se dio por primera vez esta situación desde la llegada de la pandemia a Ourense. El 10 de junio, el hospital de la ciudad seguía la buena evolución de los comarcales de Verín y Valdeorras, comunicaba que dejaba de tener pacientes con positivo en coronavirus, tanto en planta como en la uci.

La situación de tranquilidad hospitalaria se refleja en los datos estadísticos que publica el Servizo Galego de Saúde. Son 95 los casos activos en el área sanitaria ourensana, 16 menos que en la jornada anterior. También baja el número de nuevos contagios, con solo dos personas detectadas en el último día. Es el mejor dato de lo que llevamos de mes de octubre. Se han dado 18 altas.

En la planta sexta-sur del CHUO -que ha tenido pacientes con covid de forma continuada desde septiembre del año pasado- se congratulan de esta situación. Loli Díaz, médico adjunto de la unidad de Infecciosos considera que es una buena noticia e «importante a nivel anímico, porque evidencia que las cosas están yendo bien». La primera, la tercera y la quinta ola supusieron muchos ingresos, aunque a medida que evolucionaba la vacunación, los casos fueron menos graves. «Al principio de la ola hubo más pacientes jóvenes, luego también pacientes mayores, aunque menos graves, por descompensación de sus patologías previas; también porque fueron los primeros vacunados y alguno había perdido la inmunidad», explica. Se espera que con la administración de la dosis de recuerdo a las personas mayores o inmunodeprimidas, se minimicen estos casos.

Los médicos y resto de personal sanitario fueron aprendiendo a tratar esta nueva enfermedad vírica, admite Díaz, para evitar que los pacientes desarrollaran «complicaciones graves». Los sanitarios esperan que la situación se mantenga estable. «Si no hay nada que lo altere, no debería de haber ninguna ola más, sí brotes o casos aislados pero no con diseminación masiva. Hay que ver cómo evoluciona el virus en otros sitios», advierte la especialista. «Para nosotros, es nuestro trabajo pero por los pacientes y por la sociedad, es importante que esto se acabe», asume la doctora.

El personal ha trabajado, remarca, de forma muy unida y colaborativa, con descansos para sobrellevar el cansancio mental y psicológico por la situación de soledad de los pacientes, aislados de sus familiares, y por el propio trabajo con los EPI, pues eran muy estrictos con las normas, lo que evitó contagios entre médicos de la unidad, afirma.