María Cabanelas, presidenta de las empresarias ourensanas: «La mujer en Galicia es valiente, emprendedora y se atreve con todo»

xosé manoel rodríguez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

María Cabanelas es interiorista
María Cabanelas es interiorista MIGEL VILLAR

La pandemia y las restricciones marcaron los dos años al frente del colectivo

10 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Corría el año 1986 cuando un grupo de mujeres empresarias decidía constituir una asociación que tuviese como señas de identidad esas dos circunstancias y, al mismo tiempo, visibilizar su trabajo. Nacía entonces la Asociación de Mujeres Empresarias y Profesionales de Ourense (AME) y lo hacía para divulgar el trabajo de las mujeres en el mundo de la empresa y para dotarse de una plataforma donde asesorar y ayudar a las emprendedoras. La asociación está integrada en la CEO. Aunque se ha avanzado en estos 35 años, desde la presidencia del colectivo María Cabanelas Álvarez (Ourense, 1976) incide en que la existencia de AME sigue siendo más que necesaria y que «queda mucho por hacer. Cierto que los tiempos van cambiando, pero en el camino para la igualdad aún nos queda un buen tramo por recorrer». Cabanelas accedió al cargo en octubre del 2019, tras la marcha de su antecesora a la presidencia de la Confederación de Empresarios de Ourense.

—¿Dos años después de asumir la gestión de AME cuál es el balance?

—Nos tocaron tiempos muy complicados. Con la pandemia, el confinamiento y todas las restricciones sanitarias se hizo complicado desarrollar las actividades que teníamos previstas. Sí que desarrollamos las que pudimos de manera virtual. La verdad es que, con todo, no nos podemos quejar: no solo mantuvimos el número de asociadas sino que aumentamos y ves que hay ganas de seguir apostando por este proyecto.

—¿Cuántas asociadas tienen?

—En estos momentos somos un centenar de mujeres empresarias las que estamos vinculadas a esta iniciativa.

—¿Qué servicios le presta AME?

—Ofrecemos todo tipo de ayuda e información para las gestiones de nuestras asociadas, promovemos además cursos y actividades -en los últimos tiempos más por medios telemáticos que presenciales-, remitimos las novedades y legislación necesaria para realizar su trabajo y colaboramos con centros de enseñanza y con el penitenciario dando charlas. También teníamos previsto hacer el Camino de Santiago pero hubo que aplazarlo. Queremos recuperar la iniciativa en el 2022.

—¿Cuál es el perfil tipo de la mujer empresaria ourensana?

—Generalmente proceden de la empresa familiar o son autónomas con uno o dos empleados; o ninguno. Abogadas, gestorías, pequeño comercio... son sectores a los que están vinculados nuestras asociadas. También hay casos excepcionales, como el de Aceites Abril, pero obviamente no es el perfil tipo.

—¿Tienen demanda de emprendedoras? ¿Qué impulsa los nuevos proyectos?

—Sí, las consultas en este sentido son bastantes. El perfil mayoritario es el de una persona que se ha quedado en el paro y no sabe qué hacer de su vida. En la mayor parte de los casos son mujeres entre los 40 y 50 años y lo que desean es promover un proyecto propio para aprovechar su experiencia en el sector del que provienen. También mujeres mayores cuyos hijos se han independizado y quieren emprender algo porque tienen una idea o quieren recuperar la actividad laboral. La mujer en Galicia es valiente, emprendedora y se atreve con todo. Siempre ha sido así y lo hemos demostrado.

—Se vaticina la vuelta a la normalidad. ¿Qué planes tienen?

—Solemos reunirnos en navidades las asociadas para hacer balance del año y valorar cuáles son las iniciativas o proyectos a desarrollar en el futuro.

El confinamiento como oportunidad para reorientar su proyecto

María Cabanelas Álvarez es interiorista y al hablar del perfil de las nuevas emprendedoras y de reinventarse sabe muy bien el terreno que pisa. Se formó en la Escola de Arte e Superior de Deseño Antonio Faílde, en la rama de Proyecto y Dirección de Obras, y trabajó durante más de tres lustros en una mueblería. Cuando llegó el momento de empezar de nuevo apostó por un proyecto a su medida y abrió en la ciudad -en Ramón Cabanillas- su propio negocio: una tienda de interiorismo con su nombre.

La pandemia y el confinamiento tuvieron la culpa de su última reconversión. Ahora María Cabanelas tiene su centro de mando en su domicilio, en Santa Cruz de Arrabaldo.

—¿Cómo se gestó el cambio?

—Con el confinamiento empecé a trabajar desde casa. Teníamos en la finca el típico alpendre de toda la vida que siempre acaba lleno de cosas que no usas. Nos pusimos a limpiarlo y a sacar todo eso que ni te imaginabas que existía. Y aquí monté mi oficina. Los clientes no tienen problemas para aparcar, como en la ciudad, y pueden concertar la visita con más flexibilidad porque al estar en casa puedo atenderlos en cualquier momento. Gané con el cambio y en calidad de vida.

—¿El cliente ideal es el que no pone reparos?

—Todos los proyectos son interesantes y aportan retos o facetas nuevas a tu trabajo. El cliente tiene una idea que quiere hacer realidad y mi objetivo, después de hablar y concretar cuáles son sus inquietudes y lo que busca, es conseguirlo.

—¿El escenario ideal es de la libertad total?

—Eso es lo mejor que te puede pasar. Que venga alguien y te diga: tengo este espacio y haz tú lo que creas más conveniente. Tienes que conocer sus gustos y qué desea, para luego tratar de hacer realidad su proyecto.

—¿La vuelta al rural ha relanzado la actividad?

—Sin duda. Nos pasa como a las personas que hacen las reformas o la construcción. Se están recuperando o restaurando casas, algunas de procedencia familiar y en otros casos que se han comprado para cambiar la ciudad por el campo, y eso está generando un mayor volumen de trabajo. También de viviendas habituales, que con la pandemia se han querido transformar porque pasas más tiempo en casa y buscas más calidad de vida.

—¿Profesión y afición se dan la mano?

—En mi caso sí. Disfruto como una niña en los rastros -encuentro cosas o saco ideas- y hago mis restauraciones; muy básicas. También me gusta la lectura.

«Avanzamos en materia de igualdad, pero queda mucho todavía por hacer»

Es consciente la presidenta de la Asociación de Mujeres Empresarias y Profesionales de Ourense que se hace necesario sumar para tratar de contar con más fuerza y con apoyos para materializar los proyectos. Por eso, al tiempo que incide en que AME tiene representación por toda la provincia, hace un llamamiento para que se asocien más empresarias, autónomas y emprendoras para revitalizar y reforzar el colectivo creado hace 35 años.

—Al acceder al cargo declaró que los tiempos van cambiando, pero que resta mucho por hacer.

—Y lo reitero. Es cierto que se va haciendo camino y cada vez hay más corresponsabilidad, pero la mujer empresaria se ve obligada en la gran mayoría de los casos a compatibilizar su trabajo dentro y fuera de casa. Y seguimos necesitando ayuda. Avanzamos en materia de igualdad, pero queda mucho todavía por hacer. En esa realidad incidimos en las charlas que damos en los centros escolares y en la cárcel.

—¿Sigue abogando por dinamizar la ciudad?

—Es una necesidad urgente. Ourense está apagado, sin alegría. La gente no está por la calle, ni en los comercios... hay una apatía generalizada. Es cierto que el covid ha llevado consigo el cierre de negocios y comercios, pero esta situación ya viene de antes y es preciso dinamizar y revitalizar Ourense.

—¿Será la panacea la llegada del AVE y el viaje a Madrid en dos horas y cuarto?

—Más que irnos a tomar el café a Madrid lo que necesitamos es que esa circunstancia sirva para atraer gente a la provincia. El objetivo es que vengan visitantes para disfrutar de nuestra oferta, de los comercios, restaurantes, de una provincia extraordinaria con rincones maravillosos. El objetivo es superar esta parálisis.