«En un abuso sexual a un menor siempre hay detrás alguien del entorno cercano»

Marta Vázquez Fernández
marta vázquez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

María Dolores González y Ángeles García, psicólogas forenses del Imelga en Ourense
María Dolores González y Ángeles García, psicólogas forenses del Imelga en Ourense .

Las profesionales del equipo psicosocial del Imelga de Ourense trabajan con las víctimas más vulnerables

10 oct 2021 . Actualizado a las 12:26 h.

La sociedad muestra su cara más terrible cada vez que un niño o niña es víctima de una agresión sexual. Los seres más vulnerables, a quienes se debería ante todo proteger, son a veces objeto de abusos y cuando un caso de este tipo llega al juzgado, se ponen en marcha todos los mecanismos para condenar al responsable, pero también para proteger a la víctima y evitar que se vea expuesta de forma innecesaria.

Esta es la realidad con la que trabajan las integrantes del equipo psicosocial del Instituto de Medicina Legal, Imelga, de Ourense. Allí prestan servicios, apoyadas por dos trabajadoras sociales, María Dolores González y Ángeles García. Ambas son psicólogas y entre sus muchas funciones está la de reunirse con las víctimas de abusos, cuando tienen más de 5 años y menos de 18, para tratar de estudiar si su relato es creíble.

Para ello, cuentan desde hace años con un aliado. La sala Gesell, que los juzgados de Ourense fueron los primeros de Galicia en incorporar en el año 2019, permite entrevistar al menor en un entorno amable y sin más interlocutor que la psicóloga, ya que las sesiones se pueden seguir en directo, por un circuito cerrado y seguro, desde una sala de vistas o una oficina judicial. «Cuando los menores son víctimas de agresión sexual, lo que se nos pide es que hagamos una credibilidad del testimonio», explica Ángeles. Ese encuentro, si así lo quiere el juez, puede ser admitido como prueba para el juicio, haciendo innecesario que el menor tenga que volver a declarar y evitando, por tanto, la victimización terciaria. «Cuando nos piden una prueba preconstituida, mientras estamos explorando al menor, desde un juzgado que puede estar en cualquier punto de España lo está viendo todo un juez, un fiscal y las partes que estén personadas en el caso, que pueden intervenir y pedirnos que hagamos preguntas», describe Dolores, que destaca que la clave es crear un ambiente de confianza para minimizar el daño que al menor le pueda causar la declaración. «Si a un adulto le impone una sala de vistas de un juzgado, a un niño mucho más, y por eso esta es una forma más humana de tratarlo», subraya.

Eso sí, el trabajo del equipo se está viendo incrementado al hilo del repunte de casos y también de que cada vez se les piden más informes: «Este año hemos hecho ya diez estudios de veracidad del testimonio y tenemos otras en lista de espera; se denuncia más, pero también se piden ahora más pruebas preconstituidas», aseguran, por lo que ven prioritario que se dote de más profesionales a la unidad, recordando además lo importante que resulta poder actuar con inmediatez. El paso del tiempo puede provocar que las víctimas olviden lo ocurrido, a veces incluso como un mecanismo de defensa.

Las psicólogas, lo dejan claro, no buscan culpables, sino establecer en base a criterios objetivos si lo que explica el menor encaja con un relato creíble. «Usamos una técnica que nos ayuda a saber si lo que ellos cuentan es algo que han vivido», aseguran. «Hay que hilar muy fino», advierte María Dolores, que describe que en estos casos hay algo terrible que se repite: «Casi todos los abusos sexuales en menores tienen en común que el agresor suele ser una persona del entorno, alguien muy cercano a la familia, o incluso un familiar».

Las graves secuelas

Sobre las consecuencias que tiene ser víctima de algo así para un niño, pueden ser muchas y manifestarse con el tiempo: «Hay todo un abanico, desde conductas de consumo de drogas o alcohol hasta el desenfreno sexual o, por contra, la inhibición». La depresión, el estrés o los trastornos ginecológicos o alimentarios también pueden darse incluso a largo plazo, ya que el abuso ocurre cuando aún se está formando la personalidad, sin olvidar que muchas veces quien lo comete es alguien que era un referente para la víctima. Eso lo agrava todo.

«Esto está pasando y no es algo que se pueda sustraer a ciertas capas sociales; pasa en cualquier casa y puede estar ocurriendo en la de nuestro vecino», alerta Ángeles, que asegura que con el confinamiento muchos casos se agravaron. «Uno de los sitios en los que se puede detectar esto es el colegio, y, durante el tiempo en el que estuvieron cerrados, las víctimas estuvieron mucho más desprotegidas», explica. Tanto ella como su compañera coinciden en la importancia de alertar ante cualquier cambio de comportamiento en un menor. «No todo es abuso, pero hay más del que se cree. Existe y la sociedad debe tomar conciencia», aseguran.

Los ataques contra la libertad sexual se disparan en un contexto de mayor delincuencia

Si la irrupción del coronavirus supuso un respiro para las fuerzas de seguridad, que pasaron meses con menores preocupaciones en lo relativo a delitos, la recuperación de la normalidad está teniendo el efecto contrario. Así lo demuestra la estadística del Ministerio del Interior relativa a las infracciones penales contabilizadas en el primer semestre del 2021, que evidencian que, al igual que el resto de la sociedad, la actividad de los delincuentes también ha regresado a los niveles anteriores a la pandemia.

Así, entre enero y junio se ha contabilizado un repunte del 20 % en los delitos denunciados en la provincia, siendo especialmente significativo el incremento en los hechos más graves. Así, se han registrado en seis meses cuatro homicidios en grado de tentativa, lo que supone un repunte del 300 % respecto a la situación un año antes, y casi medio centenar de las denuncias que se han recibido en comisarías, cuarteles o directamente en los juzgados responden a ataques contra la libertad sexual, situándose el incremento en un 120 %, ya que el año pasado habían sido veinte. De ellos, ocho supondrían violaciones completas que ya se están investigando.

Más robos en viviendas

Según la estadística del Ministerio del Interior en estos primeros seis meses del año también se han denunciado más asaltos en viviendas que durante el ejercicio anterior, habiéndose tenido conocimiento hasta el momento de 154 casos, frente a los 121 del primer semestre del 2021. Vuelven, además, los robos de coches, con 24 denuncias entre enero y junio y suben, en general, el resto de infracciones penales, especialmente las que tienen que ver con las redes sociales e Internet, donde proliferan las estafas.