Los vecinos, ante el bloqueo político al geriátrico de Ourense: «Si esto queda a monte, que no vengan a pedir el voto»
OURENSE
Los barrios que hay en torno a la parcela de la vieja estación de buses quieren el geriátrico de la Fundación Amancio Ortega, pero con condiciones
09 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Los vecinos del entorno de la vieja estación de autobuses de la capital ourensana sienten que están en medio de una guerra política y que ellos son las únicas víctimas. El pleno del Concello de Ourense ha rechazado esta semana por tercera vez el cambio de uso del solar para que la Fundación Amancio Ortega construya allí la residencia de ancianos que ha prometido para la ciudad. Pero, en vista del bloqueo plenario, la Xunta amenaza con llevarse el proyecto a otro municipio de la provincia y, en este contexto, los vecinos temen que la parcela se convierta en una silveira o, peor, que sirva de refugio para botellones o consumo de drogas.
«Los políticos solo vienen cuando hay elecciones. Pero si esto queda a monte, que luego no vengan por aquí a pedir el voto, que nos abstenemos todos. Estamos hartos. Nosotros pagamos impuestos como pagan los del parque de San Lázaro. Somos honrados y trabajadores. Aunque tengamos viviendas sociales, somos humanos. Pero, desde que Jácome es alcalde nunca nos vino aquí y nosotros no tenemos la peste», lamenta Ana María Vázquez.
Junto a ella, Otilia Rodríguez insiste en el hastío del vecindario con los políticos locales: «Estamos moi enfadados porque non nos escoitan. No pleno non axudan aos veciños, parece que se emprega para outra cousa, para ir a xogar a calquera cousa, menos a atender aos veciños». Ambas acudieron a la llamada de las asociaciones que representan a los residentes en la zona (As Termas y Santa Ana do Pino) para explicar in situ a La Voz de Galicia cuáles son sus reivindicaciones.
«Nós o que seguimos pedindo é o mesmo que nos últimos anos. Antes de que ningún político se acordara do solar, nós xa pediamos que se aproveitara como unha oportunidade para a zona», explica Ángel Gómez, presidente de As Termas. Según dice, los vecinos están de acuerdo con la construcción de la residencia de ancianos, pero quieren que se aproveche para crear espacios verdes y para ampliar la Rúa D (y facilitar, así, el acceso de los bomberos a la plaza en caso de emergencia). «Nada diso é incompatible co xeriátrico. O que é incompatible para nós é que isto quede a monte», explica Mari Montero, presidenta de la asociación de Santa Ana do Pino. Si ahora la Xunta renuncia a hacer allí ese proyecto, teme que la parcela acabará convirtiéndose en un foco de más problemas en lugar de solucionar las reivindicaciones históricas de la zona. Cree que puede atraer botellones o tráfico de drogas y reclama soluciones urgentes.
El vídeo viral de Jácome sobre los autobuses ha enfadado todavía más al vecindario
Ya estaban cabreados por la incertidumbre que existe en torno al proyecto del geriátrico, pero los vecinos de la zona lo están todavía más tras ver el vídeo viral en el que el alcalde, Gonzalo Pérez Jácome, explica sus planes sobre las futuras líneas del transporte urbano. La parada que ahora mismo tienen justo al lado de la vieja estación de autobuses «é algo que está en perigo coa proposta do alcalde», dice el presidente de la Asociación As Termas, Ángel Gómez, que remarca también que el regidor es el único de los líderes políticos locales que no se ha reunido con ellos para abordar el futuro uso de esa parcela. «Da Ponte Vella para aquí parece que non hai Ourense», lamenta, por su parte, Mari Montero presidenta de la Asociación Santa Ana do Pino, que destaca lo imprescindible que es el bus urbano para los residentes en una zona como esta, situada lejos del centro y rodeada por carreteras.
Esta es una idea en la que insisten muchos de los vecinos de los barrios que hay en el entorno del solar de la vieja estación. Pone un ejemplo de ello Jorge Camoeiras: «Me gustaría saber qué pasa con las personas que van en silla de ruedas, tienen que ir al centro de salud y no tienen el autobús. Hombre, si Jácome paga el taxi, bienvenido sea, pero no lo va a hacer, claro».
