A mediados de agosto la joven fue trasladada de la uci del CHUO al hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, para aplicarle la técnica ECMO, pero no consiguió superar la enfermedad
01 oct 2021 . Actualizado a las 20:19 h.Con una situación epidemiológica buena, que ha permitido relajar restricciones y pensar en seguir avanzando hacia la nueva normalidad, el coronavirus sigue mostrando su peor cara. Y se sigue cobrando víctimas, aunque algunas no aparezcan reflejadas en las estadísticas oficiales porque en el momento del deceso ya habían negativizado en covid. Es el caso de una joven de 24 años natural del concello ourensano Cualedro. que falleció ayer a mediodía en el hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo.
María ingresó a principios de agosto en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense por una complicación en su dolencia de riñón, que arrastraba su nacimiento. Durante la estancia en planta dio positivo en coronavirus y su situación empeoró. Las patologías previas que sufría se vieron agravadas por el covid-19 y tuvo que se trasladada a la unidad de cuidados intensivos del hospital ourensano. Pero su estado no mejoraba. A mediados del mes de agosto fue derivada al hospital vigués para ser sometida a una oxigenación por membrana extracorpórea, una técnica conocida como ECMO. Es una técnica de última línea, que solo se utiliza en los casos más extremos. Consiste en que unos tubos hacen circular la sangre del paciente por una máquina que hace las funciones del pulmón, de manera que la oxigena mientras el órgano se va recuperando. Es una manera de conseguir que el pulmón pueda descansar de sus funciones y así facilitar su mejoría.
Aunque en las últimas semanas la evolución de la paciente animaba al optimismo, mes y medio después de su ingreso en la uci, acabó falleciendo. Desde Vigo sus restos mortales fueron trasladados hasta el velatorio de Carzoá, la aldea natal de la madre de la joven, en Cualedro. Esta tarde está previsto el funeral en la iglesia parroquial, previo a su entierro.
«Unha rapaza doce e amable»
El fallecimiento de María causó un hondo pesar en Cualedro, la tierra natal de sus padres. En un municipio de apenas 1.668 habitantes todos se conocen. Durante años su madre regentó una peluquería en la plaza del pueblo. Siendo pequeña la joven, la familia se mudó a Verín (la capital comarcal, situada a apenas 17 kilómetros). Eran frecuentes las visitas, así que nunca perdieron el contacto con sus vecinos. En Verín María estudió Secundaria.
Fue alumna del IES Castro de Baronceli, donde demostró sus habilidades para la escritura. Incluso llegó a ser finalista del Certame de Poesía Xosé Carlos Caneiro en el 2010, cuando era una alumna de primer ciclo. En el instituto la recuerdan como una muchacha «doce, amable e boa compañeira». Una descripción cariñosa de quienes la trataron cuando era apenas una adolescente. Con el paso de los años, los docentes le perdieron la pista. Quienes la trataron en Verín ya alcanzada la mayoría de edad la califican como una muchacha discreta, a la que era frecuente ver pasear con su hermana pequeña, de 17 años.
Hace un tiempo, la familia se mudó a Vigo. Es la ciudad en la que la joven luchó durante semanas contra las complicaciones que la infección del coronavirus provocó sobre su enfermedad de base y que no fue capaz de superar.