Este vecino de Muíños fue uno de los fundadores de la asociación Fontefría, pionera en Baixa Limia
05 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Lino Perdiz es un referente en Baixa Limia. Desde principios de los años ochenta del pasado siglo fue uno de los dinamizadores de la vida cultural y deportiva de su municipio, Muíños, y un defensor del potencial de la comarca fronteriza por su belleza natural y por sus recursos sin explotar. Recuerda que comenzó a introducirse en el asociacionismo cuando estudiaba. En 1980 crearon la Sociedad Cultural Deportiva Fontefría, que hace unos días celebraba con un bonito acto su cuarenta aniversario con los bríos renovados que aporta una nueva directiva.
En aquellos primeros años, recuerda Perdiz, «había unha xeración moi boa de xente na comarca e, como non hai nada imposible e éramos novos, empezamos con proxectos que foron adiante». Editaron la revista Baixa Limia, recuperaron la tradición gastronómica de las Sopas de Burro Canso, el entroido, pusieron en marcha actividades deportivas: tiro al plato, motocrós, baloncesto -con tres equipos, uno de ellos femenino- y piragüismo, además de ofrecer actos culturales, conferencias, cine clubes o cursillos. «Nos primeiros vinte anos sobre todo houbo moita actividade cultural e de publicacións, foi un periplo interesante», destaca. De aquel período surgió el hangar de piragüismo, el bar y club social de Fontefría en O Corgo, en la ribera del embalse de As Conchas.
Lino Perdiz considera que esa inquietud cultural que había en la zona en aquellos años tuvo que ver con la posibilidad de estudiar que tuvieron muchos jóvenes, cuyos padres se emplearon en la obra de construcción del embalse de Salas, en 1972, y que llegó a tener 1.500 trabajadores. «Esa obra parou a emigración e moita xente estudou; de aquí saíron médicos, avogados. Sempre houbo esa inquedanza cultural e por facer cousas pese a ser unha localidade pequena», explica. En su caso, se decantó por hacer Ingeniería Agrícola, en Lugo, porque le gustaban los temas relacionados con el campo, aunque con la dificultad de que llegó allí tras hacer el Bachillerato de Letras.
Desde el año 1983 a 1995 fue concejal del Concello de Muíños por el PSOE y pusieron en marcha los proyectos del cámping y el albergue de O Corgo, que hoy siguen activos y ampliados por las siguientes corporaciones. «Viña moita xente de Xinzo e Celanova a bañarse e a pescar; de Xinzo viñan familias acampar e vimos a posibilidade co exemplo do cámping de Leiro. Foi ben ata que a auga do río empezou a botar a xente atrás», apunta. También construyeron la casa consistorial y el centro de salud, que es municipal, reivindica. Explica que ello fue posible porque hubo un acuerdo municipal entre el PP y el PSOE que «funcionou ben». Aunque hubo que movilizarse; recuerda que entonces fueron 600 personas a manifestarse a Ourense para reclamar el apoyo financiero de la Diputación para hacer el edificio.
Otra asociación que auspició fue el Patronato polo Poldrado, que trabajó para que se construyera un puente que comunicase ambas orillas del embalse de As Conchas. También, en el ámbito de las infraestructuras, desde el 2011, estuvo en la Plataforma para o Desenvolvemento da Baixa Limia (Plabali), con el objetivo de reclamar «obras estratéxicas para a zona; a OU-540 é fundamental e O Val do Limia ten que estar conectado con Celanova e Xinzo», remarca.
En los primeros años, formó parte de la junta rectora del parque natural del Xurés. Considera que las expectativas respecto a este organismo no se cumplieron. «Foi unha desilusión para moita xente; con Fontefría pelexamos polo parque vendendo camisetas, pegatinas... pelexouse moito pero non hai case nada, deulle un nome a comarca pero en sitios emblemáticos como A Cela, Olelas, Albite ou Salgueiro non se fixo nada». Cree que los asuntos se movieron cuando hubo personas que, ocupando puestos públicos, tiraron por la zona. Menciona al diputado de AP Jaime Tejada, al primer director del parque natural, José Benito Reza o al presidente de la cámara de Ponte de Lima, Daniel Campelo. «Non hai perspectiva de facer fronte ao abandono do campo. Os alcaldes fan esforzos por mellorar, pero é bastante triste cando veñen buscar os votos e apóianse neles. Os alcaldes tíñanse que facer valer máis diante do seu partido, son obstaculizados ao propoñer cousas para as comarcas», observa. Cree que los políticos ourensanos «están de costas a Portugal». «Ourense é unha zona deprimida con respecto ao norte de Portugal, hai que buscar clientes aí», considera.
«Entre a Xunta e o covid, o sector do transporte está ferido de morte»
Además de su faceta social y pública, laboralmente Lino Perdiz desempeñó distintos trabajos, en escuelas taller, dio cursos de silvicultura, trabajó en brigadas de incendios y fue corresponsal de prensa. Su familia tenía la empresa de autobuses Autos Perdiz, fundada en 1953, que creció llevando clientes a las ferias o el transporte escolar desde los años setenta. Cuenta que, de los siete herederos, con distintas formaciones y caminos profesionales, nadie quería saber del relevo; ni tampoco él, aunque de pequeño acompañaba a su padre a los viajes. «Ata que eu e Kiko, un parente, enganchamos nos noventa e empezamos de cero outra vez. Renovamos a flota de vehículos. Foinos moi ben ata fai ano e medio, que veu o golpe. Entre a Xunta de Galicia e o covid, o sector está ferido de morte. A nova concesión da Xunta foi a puntilla, conseguiu enfrontar a xente ao ir o máis barato posible. Continuar vai ser moi difícil. Foi un pau moi grande. Non sei se o Estado nos vai ter en conta nos plans de recuperación da UE. Aquí en Ourense non hai perspectiva, non hai aeroporto, nin porto, e o termalismo está moi apagado. Aquí non podes gañar máis clientes porque non os hai, como en Oporto ou Santiago», lamenta. Al menos, este verano, han podido trabajar transportando a senderistas a rutas por el Xurés.
El DNI
Quién es. Lino Perdiz, de 64 años, es de Muíños. Formó parte de asociaciones, plataformas y fue concejal. Es empresario.
Su rincón. En Mugueimes, en la zona denominada Terra do Millo, donde tiene la sede de Autos Perdiz, una empresa familiar de transporte fundada en 1953.