La última lluvia de millones, el Plan E, dejó un legado desigual en Ourense

Miguel Ascón Belver
Miguel Ascón OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Algunos proyectos fracasaron estrepitosamente y otros fueron reformulados

08 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace unos días, unos operarios retiraron de la ciudad los puntos wifi repartidos por Ourense, un servicio que se puso en marcha hace ahora una década gracias a la financiación del Plan E. Aquellos fondos provocaron una lluvia de millones para los ayuntamientos de toda España, que ahora están a la expectativa con el reparto del programa Next Generation de la Unión Europea. ¿Pero, para qué quieren el dinero los concellos? Un repaso a las obras que impulsó el Plan E en su día puede servir de guía.

Ese fondo estatal, creado tras la crisis que provocó la burbuja inmobiliaria, movilizó 59,6 millones en la provincia de Ourense. En la capital se ejecutaron 62 proyectos, unos con más agilidad que otros, llegando en algunos casos a temerse por la pérdida de las subvenciones debido a la demora excesiva en los trámites. Ese fue el caso de las obras para poner en marcha el parque de Montealegre, que finalmente terminaron a tiempo para evitar perder la ayuda. El enfoque botánico o forestal de las instalaciones así como su mantenimiento generaron polémica, pero la dotación está ahí y en funcionamiento.

No se puede decir lo mismo del citado proyecto para la instalación de puntos de acceso wifi gratuito a Internet. Se instalaron en trece parques, catorce núcleos rurales y cuatro zonas turísticas de la ciudad y pretendía dar servicio a más de 25.000 usuarios. Llegó a funcionar y pero hubo problemas con la empresa adjudicataria, que quebró, y el servicio quedó inoperativo. Cuando el Concello quiso encontrar otra compañía para gestionar los puntos wifi, ya fue imposible.

Tampoco hubo manera de hacer rentable y atractiva la concesión del restaurante construido con cargo al Plan E en las Pozas do Maimón. Pretendía dotar de servicios de hostelería al entorno de las termas de Outariz, pero nunca llegó a funcionar a pleno rendimiento. En su última etapa estaba vinculado a una conocida discoteca de la ciudad, pero acabó cerrando definitivamente en el año 2015. A partir de entonces comenzó a acumular un deterioro que se vio drásticamente agravado con el incendio que arrasó las instalaciones en el 2019. Ahora la vegetación cubre casi por completo el inmueble.

Otras construcciones sí han cumplido su cometido, aunque no sin dificultades durante su ejecución, como ocurrió con la reforma para la nueva sede de la Concejalía de Urbanismo, en la calle García Mosquera. También el campo de la feria se construyó gracias al Plan E, se hizo una zona spa en Os Remedios, se reformó un inmueble para crear una «casa da mocidade», luego bautizada como Espazo Lusquiños, o se ejecutó el centro de conocimiento de La Molinera. Pese a todo, esos cuatro proyectos no pudieron escapar de la polémica y sufrieron (o sufren) vaivenes en su gestión.

La provincia, a la expectativa ante la oportunidad que podría suponer el Next Generation

El Plan E fue diseñado para dar respuesta a la crisis económica que provocó la burbuja inmobiliaria. La derivada del coronavirus podría verse amortiguada con los fondos europeos del programa Next Generation. Los ayuntamientos de la provincia están a la expectativa para saber el papel que tendrán en el reparto y gestión de esos fondos, pero la Diputación ourensana ha querido avanzar el trabajo y encargó a una consultora la elaboración de una «Estrategia de captación de financiación europea para la provincia de Ourense». En ese documento -presentado recientemente por el presidente provincial, José Manuel Baltar- se detallan proyectos en diversos ámbitos que, de salir adelante, podrían movilizar entre 85,3 y 143,8 millones de euros.