David Simón Lorda: «De la Beneficencia al sistema nacional de salud media un abismo»

OURENSE

Santi M. Amil

El psiquiatra recopila la documentación de la historia sanitaria ourensana con motivo del 120 aniversario del Colegio Médico

01 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Un año de conmemoración este 2021 para el Colegio Oficial de Médicos de Ourense. Una institución pionera en el Estado que comienza sus actividades en 1885 -cuando se constituye el Colegio Médico-Farmacéutico de Ourense- y que inicia su camino en solitario, ya de forma singular como Colegio Médico de Ourense, en el año 1901. Presidía aquella primera junta directiva Ramón Quesada Borrajo. Mucho han cambiado las cosas desde entonces y como se señala desde la propia entidad «muchos acontecimientos se han sucedido: guerras, pandemias, descubrimientos científicos y tecnológicos... Pero en lo esencial, el objetivo sigue siendo el mismo: servir a la comunidad con el mayor conocimiento médico y la mejor práctica profesional posibles». Para recopilar la documentación destinada a crear un libro digital con la historia de la institución se designó como cronista oficial al doctor David Simón Lorda para la conmemoración de sus 120 años de historia.

—¿Cómo está evolucionando el proyecto de la «Historia del Colegio Médico de Ourense»?

—Arrancamos con fuerza pero se ha ido ralentizando el proyecto por varias cuestiones, desde iniciativas y responsabilidades que fueron interfiriendo en este tiempo, a la situación derivada de la pandemia. Algo hemos avanzado pero no en la medida de lo previsto. El objetivo es retomar el proyecto tras el verano.

—¿Se ha registrado alguna aportación documental significativa?

—Grandes aportaciones a nivel particular no hemos tenido, aunque espero que cuando retomemos el proyecto se puedan materializar o incidir en ese aspecto de manera particular.

—¿Llegar a los 120 años le da un valor añadido al proyecto?

—Alcanzar casi un siglo y cuarto de actividad continuada es un aspecto muy interesante y de ahí la propuesta del colegio para celebrar sus 120 años de existencia. Una iniciativa que servirá para acercar a la ciudadanía, y a los propios médicos, aspectos desconocidos.

—La evolución del sector ha sido extraordinaria.

—El vuelco de la profesión sanitaria y de la atención médica fue radical. En aquel 1885 en el que empezó el Colegio, entonces también con Enfermería, lo que había en Ourense era solo un Hospital de Beneficencia para atender a los pobres. Dependía de la Diputación, y de los grupos de beneficencia municipales, y estaba en lo que hoy es la residencia de estudiantes que está en la Praza das Mercedes. Estuvo funcionando hasta 1930 o 1931, que fue cuando se abrió el hospital de As Lagoas, que actualmente alberga la universidad. De aquello al sistema nacional de salud actual media un abismo.

—¿Hay alguna etapa en la que exista falta de documentación?

—Es uno de los problemas con los que nos hemos encontrado. Hay poca documentación de las primeras décadas en el propio Colegio y hemos tenido que tirar de archivos y de la prensa de la época. De otros períodos, como la Segunda República o la Guerra Civil, hay mucha documentación porque durante esa época el Colegio Médico editó un boletín. Después ya es más fácil porque están los libros de actas.

—¿Fueron los médicos un colectivo represaliado tras la guerra?

—Por los archivos que he ido estudiando se ve que se dio una importante represión de todo el personal del Hospital provincial de Ourense, de médicos y enfermeros a celadores y demás. Es un aspecto sobre el que he trabajado y siguen apareciendo historias. ¿Fueron los médicos un cuerpo especialmente represaliado? En relación a otros no. Sí que hubo médicos represaliados, pero si lo comparamos con otras profesiones, como la de los maestros, no tiene nada que ver.

—¿Aparecieron materiales interesantes en estos meses?

—Sí. De Antonio Fuentes, que fue de la directiva y estuvo en la redacción de El Eco de Ourense no teníamos ninguna imagen y la familia contactó conmigo, tras leer un artículo en el blog, y me pasaron su fotografía.

Un enamorado de la montaña que se pierde por el Macizo Central

Por esos avatares de la vida que siempre acaban marcando a las personas, David Simón Lorda es un ourensano de Zaragoza. En la capital aragonesa nació en 1963 y de esa circunstancia personal solo tiene el lugar y la fecha, ya que se considera un ourensano al ciento por ciento. La explicación es fácil: su padre se vino a Galicia para trabajar en las obras de los embalses que estaban entonces en pleno furor. Por lo demás, el territorio de este médico ourensano está perfectamente delimitado: «Este es mi barrio, por todas estas calles me crié yo: aquí -se refiere al edificio que alberga la delegación de La Voz de Galicia- había un garaje y el resto eran las traseras y las huertas de las casas que estaban en Santo Domingo. Nosotros jugábamos por aquí y no existían la mayor parte de estos edificios. Viví y crecí en esta zona, fui al colegio a los Maristas y aquí sigo». En Compostela se formó y regresó a la ciudad. Casado y con dos hijos, reconoce que a ninguno le llamó la sanidad. Su hijo está en Barcelona, vinculado a las tecnológicas y el sector de los videojuegos, y la hija, diseñadora industrial, se decantó por el textil y trabaja en Vigo.

—Preside la Asociación de Amigos da República.

—Me vinculé al colectivo por las relaciones de amistad que fueron surgiendo a raíz de mis trabajos de investigación. En algún momento llegó el cambio y ahí fue cuando me tocó a mí. Mantenemos las actividades, aunque siempre hacemos menos de las que desearíamos, y obviamente hay un problema de relevo generacional porque algunas personas fallecieron, como Pastor Fábregas, y otras ya son mayores. Sí que han surgido colectivos en Celanova y a Baixa Limia, lo que siempre ayuda para hacer cosas o proyectos en común.

—Trabajo, blog, República, Academia Médico Quirúrgica... ¿Tiene tiempo para permitirse alguna afición?

—Me encanta ir a la montaña y el senderismo. El Macizo Central y la Serra de San Mamede son mis espacios preferidos. El valle del Cenza, Queixa... aunque ahora con los eólicos ya verás.

«El covid ha puesto sobre la mesa la importancia de reforzar la sanidad»

David Simón ejerce como psiquiatra y mantiene varios frentes abiertos, entre ellos su interés por la historia de la medicina y todo lo relacionado con la profesión. En su blog -Diario de un médico de guardia- recoge trabajos de investigación, artículos, reseñas y otros materiales.

—En su bitácora hay entradas sobre la gripe de 1918-1919. ¿El paralelismo es evidente?

—Tal vez es lo más parecido, por la expansión y las consecuencias de la misma. Obviamente eran otros tiempos y la gripe de aquellos años fue más letal y murieron millones de personas -40 o 50, según las fuentes y 500 millones de infectados-. En lo que no hay para nada parangón es en la investigación y en el desarrollo tan rápido de vacunas. Tuvimos otras pandemias, como la gripe asiática del 57-58, aunque no fue de gran afectación sí que dejó muchas secuelas neurológicas y casos de encefalitis y psicosis.

—¿Las problemáticas mentales serán la herencia del covid?

—Aún no se sabe qué incidencia va a tener. Si que desde el principio se habló de las secuelas del coronavirus y aparecían varios aspectos relacionados con la salud mental. Vinculadas muchas veces a las problemáticas derivadas del parón o el encierro, y toda la situación socioeconómica. Sí que se está viendo que desde el otoño se registró un repunte importante en todo lo que tiene que ver con patologías de los adolescentes e infanto-juvenil: trastornos de conducta alimentaria, cuadros de suicidio, autolesiones y otras problemáticas. Es algo generalizado en el Estado desde el comienzo del pasado curso. En todos los sitios se ha recomendado reforzar el servicio de atención a estos colectivos.

—¿Saldremos mejores?

—Sí. El covid ha puesto sobre la mesa la importancia de reforzar todo lo que tiene que ver con la salud pública. Pasó lo mismo tras la gripe del 1918-1919.