La familia de Elías Carrera, desaparecido: «Llegaron pistas de gente con buena fe y también extorsiones»

Pablo Varela Varela
p. varela OURENSE / LA VOZ

OURENSE

MIGUEL VILLAR

Carrera, que ejercía como taxista en Ourense, se marchó de casa en julio del año 2013 y su rastro se perdió en Vigo

20 jul 2021 . Actualizado a las 10:31 h.

Hace ocho años, el taxista ourensano Elías Carrera desapareció de su casa y su familia nunca supo nada más de él. Era el día 17 de julio del año 2013, y su rastro se perdió en la estación de ferrocarril de Vigo, donde dejó el coche que había alquilado previamente en la ciudad de As Burgas. Desde entonces, las pistas sobre su posible paradero nunca llegaron a buen puerto. Sandra, hija de Elías, recapitula varios testimonios de personas que afirmaban haber visto a su padre en Santiago de Compostela, también en las cercanías de Vigo e incluso en Vila Praia de Áncora (Portugal). Eran callejones sin salida. Sin embargo, siguen con un ojo puesto en la zona sur de la provincia de Pontevedra, Ourense y la frontera lusa, porque el último indicio se pierde en la ciudad olívica. «Mi padre tiene rasgos comunes y no llamaría la atención. Eso complica la búsqueda», lamenta Sandra.

No han escatimado en esfuerzos para seguir empapelando estas áreas geográficas para que el rostro de Elías siga presente. Se marchó sin tarjetas, también sin su móvil, que estaba en un cajón de la mesita de entrada en la casa y fue hallado poco después de que él se marchase. Desde entonces, su familia lo mantiene cargado en todo momento, «por si él se acordase del número y nos llamase». «A veces es buscar sin ton ni son, porque no tienes una persona que te guíe», explica la hija de Elías.

Entre medias, a lo largo de estos años en busca de respuestas, se toparon con ayuda y, en menor medida, el lado más triste del ser humano. «Llegaron pistas que nos brindaba gente con muy buena fe, que incluso nos volvía a llamar posteriormente para saber si mi padre había aparecido. Pero además, también sufrimos intentos de extorsión. Lo único que queremos es saber de él, si está bien, y acabar ya con esta pesadilla», dice Sandra.