Pérez Jácome pide al Gobierno central que socorra a los trabajadores del ocio nocturno

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El parque de las Zapatillas, precintado por la Policía Local
El parque de las Zapatillas, precintado por la Policía Local BRAIS LOUREDA

La Policía Local de la capital precintó hasta siete plazas que, en las semanas previas, registraron concentraciones por el botellón

16 jul 2021 . Actualizado a las 21:49 h.

El alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, remitió sendas cartas a la Xunta y al Gobierno central para pedirles que socorran a los sectores económicos más afectados por el repunte de la pandemia, especialmente al de la hostelería y, concretamente, a los trabajadores del ocio nocturno. El regidor ha mostrado su preocupación por el avance de los casos positivos, pero también ha querido mostrar su solidaridad con un sector que actuó «da maneira máis responsable posible».

«Como alcalde dunha das cidades con maior incidencia de casos positivos por covid nesta quinta vaga demando a colaboración institucional en ámbitos que exceden as competencias municipais para no deixar morrer a estes pequenos empresarios», detalla Jácome, que reclama que se evalúe la posibilidad de crear una línea de ayudas específica.

Las cartas, con fecha de este viernes, fueron remitidas a la Vicepresidencia Segunda y la Consellería de Economía, Empresa e Innovación de la Xunta, encabezada por Francisco Conde, e al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo de Reyes Maroto.

Zonas precintadas por la noche

Por otro lado Telmo Ucha, concejal por Democracia Ourensana y encargado del área de Seguridad Ciudadana, señala que la noche del jueves al viernes en la ciudad de Ourense se saldó sin incidentes. «No había prácticamente nadie en la calle. Fue una jornada tranquila y no se notificaron sanciones», dice.

En este sentido, la Policía Local de la capital precintó hasta siete plazas y localizaciones estratégicas que, en las semanas previas, registraron concentraciones por el botellón nocturno: los jardincillos del Padre Feijoo, la plaza de las Mercedes, las gradas contiguas al Auditorio Municipal, la Alameda, la plaza de San Antonio, también la de la Estrella y el parque de la Zapatilla, en el barrio de San Francisco. En definitiva, los enclaves tradicionales de siempre. Y en todos ellos, como estrategia de disuasión ante hipotéticas reuniones para beber alcohol, se acordonaron los accesos.

Tampoco la Policía Nacional registró conflictos de seguridad ciudadana en la noche de jueves a viernes. Fuentes consultadas por La Voz afirman que ya el fin de semana anterior «fue bastante mejor y con muchos menos incidentes» que los computados en fechas previas, cuando el ocio nocturno aún estaba carburando y el botellón se desbordó a las puertas del casco antiguo de la ciudad, con la plaza de las Mercedes como epicentro de las aglomeraciones de jóvenes.

Ayer, en torno a las once de la noche, se activó un dispositivo de prevención que estuvo coordinado por la Policía Nacional e integrado por diez efectivos de la Policía Local, otros seis agentes de la Nacional y cuatro que están adscritos a la Policía Autonómica. En todo caso, según apuntó el concejal Telmo Ucha a este periódico, «con menos efectivos que los dispuestos la semana pasada».