La primera comisión del botellón no avanzó en la nueva normativa

Fina Ulloa
fina Ulloa OURENSE / LA VOZ

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Imagen de intervenciones policiales de madrugada en el casco histórico de Ourense
Imagen de intervenciones policiales de madrugada en el casco histórico de Ourense Agostiño Iglesias

Se acordó que los participantes aporten sugerencias por escrito para la próxima cita

15 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Podría decirse que la reunión de la comisión municipal que se encargará de redactar la normativa a aplicar frente al botellón fue una cita de tanteo; una declaración de intenciones de las distintas formaciones políticas representadas. Todos recibieron el documento elaborado en base a la última reunión mantenida en el año 2020 para que puedan revisarlo, corregir los errores que encuentren e incluir las enmiendas que consideren oportuno a la redacción. La presidenta de la comisión, la concejala de Salud, Política Social e Igualdad, Eugenia Díaz Abella, recordó que ese documento es el punto de partida, pero que obviamente habrá que incluir muchas modificaciones, entre otras cosas, porque hay que tener en cuenta la normativa autonómica posterior, que prohíbe ese tipo de reuniones para beber alcohol en la calle. La concejala pidió a los participantes que hicieran llegar por escrito las nuevas aportaciones y sugerencias que les parezca oportuno para que se debatan en la próxima cita, que será el miércoles próximo. Por lo demás, Eugenia Díaz, salió bastante satisfecha del ambiente «positivo, de diálogo y constructivo, con ganas de sacar esto adelante» en el que se desarrolló el encuentro que, en su opinión, sirvió para fijar objetivos, además de la siguiente cita en el calendario.

Lo cierto es que ese buen tono parece ser lo único en lo que coinciden plenamente las valoraciones que han hecho las distintas formaciones políticas tras la cita, porque hay diferencias, en algún caso de calado, sobre la forma en la que debe de procederse para avanzar en la redacción de esta normativa.

El PSOE, por ejemplo, insiste en la importancia de sacar adelante un documento que contemple de forma conjunta las ordenanzas antibotellón, de ruidos y de veladores, y en el que se impliquen también «as concellerías de sanidade, educación, cultura, mocidade ou deporte». Sugiere incluso implicar «ao consello municipal de infancia e xuventude para que participe a cidadanía», con el objetivo de que el documento aglutine también acciones educativas en valores saludables y alternativas de ocio dirigidas al público objetivo. La concejala socialista Concha García Lozano opina que si no se trabaja de forma interdisciplinar «vamos ter unha ordenanza con moito compoñente pero sen contido».

Desde el PP, sin embargo, y según las explicaciones dadas por Díaz Abella, opinan que se puede avanzar en los dos niveles -el de la regulación del botellón en sí y en el plan de medidas alternativas de prevención y de educación de otras concejalías- «pero no podemos esperar a tener ese plan para aprobar la ordenanza».

En Ciudadanos, por su parte, creen que lo primero que tiene que decidir la comisión es decir si se quiere o no prohibir estas reuniones en torno al alcohol. «A decisión que hai que tomar, dende o noso punto de vista é suprimir o botellón na cidade, por iso o que preguntei na comisión é se todos temos claro que queremos suprimilo ou queremos seguir enredando con planes especiais e tocar infinidade de puntos para que ó final se acabe o mandato. O que temos que decidir é si queremos poñer orde nunha cidade que agora mesmo é un caos»». Las dudas de Araújo vienen dadas precisamente por los planteamientos sobre la inclusión de medidas que tendrían que desarrollar otros departamentos municipales «nunha cidade que ten a concellería de Xuventude pechada, a de Educación clausurada, e a de Cultura tamén».

Por su parte el BNG opina que es necesario lograr que haya más representación de la sociedad ourensana en la elaboración de esta ordenanza «e non limitala soamente aos partidos políticos, as súas organizacións xuvenís e a unhas determinadas asociacións de veciños». Luis Seara opina que esta regulación va a tener un impacto directo en los vecinos y, consecuentemente, habría que lograr que la participación social sea lo más amplia posible.