Dos proyectos del CHUO, premiados por su enfoque innovador y humano

Pablo Varela Varela
p. varela OURENSE / LA VOZ

OURENSE

La Voz de Galicia

El Foro Afectivo-Efectivo valoró el impacto positivo de ambos programas en la salud de los pacientes

16 jun 2021 . Actualizado a las 14:05 h.

La séptima edición de los Premios Afectivo-Efectivo, promovidos por Johnson & Johnson y Cátedras en Rede, valoraron el impacto de dos proyectos del área sanitaria de Ourense, Verín y O Barco de Valdeorras que ayer se alzaron con un primer y un segundo galardón en la categoría de «Iniciativa que mejore los resultados en salud de los pacientes».

Al primer cajón del podio de ganadores se aupó el programa «Operación Esperanza», desarrollado durante la pandemia de covid-19 en los hospitales de la provincia con la idea de romper el aislamiento de los pacientes afectados por la enfermedad. Belén Piñeiro, Azucena Alonso y Carlos Bermello fueron -y son- las mentes pensantes que dieron forma al plan de asistencia emocional a los ingresados, «procurando achegarlles os ánimos dos seus familiares e da propia comunidade».

Piñeiro, responsable del servicio de Atención al Paciente y Humanización del CHUO, integra a todo el personal sanitario dentro de este reconocimiento, al entender que el trabajo fue coral: «Los profesionales fueron capaces de ver más allá de la enfermedad, porque sabían que tras ella había una persona y una familia que seguramente estaría sufriendo. Todos aportaron su parte humana con pequeñas cosas».

El segundo premio se lo llevó el proyecto «Pupas, sustos y otros disgustos», encabezado por Verónica Civeira, Míriam Cedrón y Beatriz Blanco. La idea, que busca implicar a los más pequeños en el cuidado de su propia salud como método de prevención, nació en el año 2018 y llegó a un total de 66 colegios de la provincia de Ourense hasta que el coronavirus irrumpió para cambiar las vidas de todos y, además, también la metodología del propio proyecto. Cuando se confirmó la detección de un primer caso de covid-19 en el territorio, en marzo del 2020, el grupo que integra «Pupas» trabajaba con los alumnos del colegio Maristas «axudándolles a perder ó medo ás enfermidades e ós sanitarios, ensinando dun xeito lúdico e participativo nas escolas».

El impacto del coronavirus llevó a que, en el mes de septiembre del pasado año, el temario de los talleres integrase también una serie de pautas enfocadas a limitar la transmisión de la patología, con enseñanzas básicas para que los niños, esponjas de aprendizaje, llegasen a casa con la lección aprendida y, además, ejerciesen, a su forma, de docentes con sus allegados. «La experiencia con este proyecto fue muy positiva y estuvo muy bien. Ahora, lo que deseamos es regresar a la educación sanitaria de siempre», admite Civeira sonriendo. El premio, fue calificado por las integrantes del programa como «un revulsivo personal».