«Este es un juego arriesgado e innecesario»

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

OURENSE

Elena Ballesteros, sentada en el sofá del centro, durante la obra
Elena Ballesteros, sentada en el sofá del centro, durante la obra Cedida

La actriz Elena Ballesteros llega al Teatro Principal este jueves con «Perfectos desconocidos»

10 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La película Perfectos desconocidos fue un taquillazo en España en el 2017 gracias a la adaptación que hizo el director Álex de la Iglesia de una idea original del italiano Paolo Genovese, estrenada un año antes. La historia de un grupo de amigos que deciden poner a prueba su honestidad compartiendo en alto todo lo que reciban en sus móviles durante una cena convenció tanto que al año siguiente salió la versión mexicana. Ahora Daniel Guzmán la ha adaptado al teatro. Está protagonizada por Diana Lázaro, Alex Barahona, Olivia Molina, Juan Carlos Vellido, Elena Ballesteros, Bart Santana e Ismael Fristchi. La obra estará en el Principal este jueves a las 21.00 horas. La actriz Elena Ballesteros hace de Violeta.

—¿Cómo es su personaje?

—Violeta es la última amiga en llegar al grupo. Es una persona muy amorosa y está superfeliz de estar con ellos, aunque el resto parece no pensar lo mismo de ella. Mi personaje es quien secunda la idea de jugar, que nace de Eva, la anfitriona, la dueña de la casa. Violeta está feliz porque le parece un juego divertido, no ve la malicia por ningún lado, y a ella le parece agradable mostrarse con sinceridad absoluta.

—¿Cree que hay muchas personas como Violeta en el mundo?

—Quiero suponer que sí que hay, pero me parece complicado mantener ese lado tan inocente sobre todo según vamos creciendo. Pensar que el ser humano es bueno «per se» es un rasgo propio de la juventud, luego los varapalos de la vida te vuelven un poco más reacio a creer en la bondad. Aunque tengo que reconocer que en mi caso, suelo pensar que el ser humano es bueno hasta que se demuestre lo contrario, sobre todo por una cuestión de salud mental, porque la desconfianza me genera mucha ansiedad.

—¿Cree que sería posible llevar a cabo este juego en la realidad?

—Esta obra pone de manifiesto que hay amigos que creen que sí, pero no se conocen. Supongo que dependerá del grupo de amigos, de lo valientes y confiados que sean. Pero en general me parece algo arriesgado y además innecesariamente, porque ya no es solo que puedas descubrir que entre tus amigos pueda haber alguno con una doble vida, que eso sería una locura; también es que la manera de interpretar las cosas que están escritas o la manera de hablar entre dos personas es subjetiva. Quiero decir que palabras que pueden tener un contexto de broma o estar expresadas en un código de ironía, si se sacan de ahí, pueden resultar hirientes y no es para nada la intención de ser con la que nacen. Sin duda, es arriesgado, luego ya cada uno... también hay gente a la que le gusta hacer puenting.

Perfectos desconocidos pone de manifiesto la falta de honestidad entre las personas. Un tema candente hoy en día, quizá más en las redes sociales, ¿no cree?

—Vivimos en un momento en el que muchísimas personas se esconden detrás de un perfil inventado. Lo vemos a menudo en Instagram o en Twitter. Solo hay que ver lo que le está pasando a Candela Peña —la actriz ha denunciado y hecho público que lleva semanas recibiendo amenazas contra ella y contra su hijo desde cuentas de Instagram falsas—. Me parece que es gente con una cobardía absoluta y que, por otra parte, no se atreve a ser quien es. Creo que la tecnología ha llegado para facilitarnos la vida, pero en algunos aspectos cada vez la complica más.

—Sin duda es un texto que genera debate, ¿esa es la intención del propio espectáculo?

—Es lo que nos gusta pensar, que el público sigue comentando la obra una vez que abandona el teatro; que lleva el debate a su familia o a su grupo de amigos, que les motiva a analizar y a cambiar algo también. Al final el espectador se acaba metiendo en nuestra cena, como un invitado más, y como ya conoce la historia por la película, está a la expectativa de que se destape un nuevo secreto, va un poco por delante y es maravilloso porque genera mucho disfrute.