Los dos ourensanos que vivieron en el 2005 la visita de Berlanga lo recuerdan como un hombre con un grandísimo sentido del humor, hablador y lleno de historias y de anécdotas que contar. También generaba nuevas a cada paso. «Cuando el alcalde de aquel momento, Manuel Cabezas, le entregó el premio, recuerdo que Berlanga lo agradeció al festival de Santander, Concha Velasco lo corrigió, y dijo algo así como que al fin y al cabo, todo se quedaba en el norte», dice Silva. Señala que Berlanga era un director que no le daba importancia a los premios y al que le gustaban especialmente con los festivales pequeños: «Porque no se agobiaba y podía disfrutar a su antojo del cine del certamen y de la ciudad». Aquella edición del OUFF se proyectaron tres películas dirigidas por el valenciano, Plácido, Tamaño natural y La vaquilla. Y como parte del galardón, José Luis Castro de Paz editó una publicación sobre la vida y obra del autor. «Le encantó», resume Silva.
De Ourense Berlanga también conoció la gastronomía. En su paso por la ciudad comió en la Escuela de Hostelería y Turismo, en la calle Marcelo Macías, un menú elaborado por el que en aquel momento era el director del centro, Tino Iglesias, y por su joven equipo de chefs incipientes. «Fue impresionante cocinar para Berlanga. Era muy cercano y natural, y se paró a saludar y felicitar a los alumnos al terminar la comida», rememora el cocinero. «Era comida ourensana al 100 %», dice Nora Sola. «Recuerdo que eran muchos pases con platos pequeños y a cada cual, Berlanga destacaba lo rico que estaba», apunta César Silva. La cena fue en Adega do Emilio, el restaurante que el fallecido Emilio Paradela regentaba en la avenida das Caldas. «Se suponía que terminaríamos sobre medianoche, pero nos alargamos mucho más. Recuerdo perfectamente a Emilio diciéndonos que no tuviésemos prisa, que estábamos en nuestra casa», dice Sola. «Era muy difícil apurar con una persona como Berlanga, había tanto que aprender de él y contaba historias increíbles. Creo que se sintió muy a gusto durante su estancia en Ourense, fue especialmente amable, educado y cercano. Siempre tuve debilidad por su cine, pero desde que lo conocí tengo debilidad por todo él», termina.