«Berlanga se entusiasmó con Ourense»

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

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MIGUEL VILLAR

Así fue la visita del cineasta valenciano a la ciudad de As Burgas para recoger un premio del OUFF en el 2005

12 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Fue en el 2005, con motivo de la décima edición del Festival de Cine de Ourense, cuando Luis García Berlanga visitó la ciudad de As Burgas por primera vez. Y por última. El director valenciano tenía 84 años —hoy cumpliría cien— y vino porque el OUFF le entregó ese año el premio Memoria Histórica, otorgado a figuras relevantes del cine español. Este fue el último galardón honorífico que el cineasta recibió en persona. Del día y medio, desde un miércoles por la noche a un viernes por la mañana, que Berlanga pasó en la capital ourensana se acuerdan bien César Silva, que en aquel momento era director artístico del festival y que hoy es programador del mismo, y Nora Sola, gerente de la muestra. «Para el OUFF, que en aquel entonces era un certamen pequeño, contar con la presencia de un director como Berlanga fue algo muy especial y relevante, que no se nos olvidará nunca», dice Silva. «Nos dimos cuenta de que ese premio llevaba su nombre porque él era historia viva del cine de nuestro país», añade.

El creador de El verdugo llegó a Ourense el 16 de noviembre con la intención de marcharse al día siguiente, al finalizar la entrega del premio Memoria Histórica, que tuvo lugar el 17 en el Teatro Principal. Finalmente la cosa no fue así. «Se entusiasmó con la ciudad y con el festival y decidió quedarse un día más de lo previsto», afirma Nora Sola. Ella acompañó a Berlanga durante toda su visita. Se alojó en el Hotel Princess y lo que más le llamó la atención de la ciudad fueron As Burgas. «Nos dijo que teníamos oro y que lo estábamos tirando al mar. Se quedó impresionado por el potencial de Ourense y también destacó la belleza del casco histórico», apunta Sola.

El festival organizó la jornada del director. Comenzó con una rueda de prensa en lo que entonces era el Edificio Simeón, actual Centro Cultural Marcos Valcárcel. Luego participó en una mesa redonda junto a Álex de la Iglesia, Kepa Sojo y su musa, Concha Velasco, que fue una de las grandes sorpresas que recibió Berlanga en Ourense. «No sabía que venía y poder compartir la experiencia con ella le hizo muy feliz», recuerda Sola. El debate estuvo moderado por Javier Angulo, entonces director de la revista Cinemanía, ahora conductor de la Seminci de Valladolid, quien de hecho tuvo mucho que ver con la visita del cineasta. «Nos ayudó muchísimo. Gracias a sus contactos, accedió a venir», cuenta César Silva. 

Nora Sola, junto a García Berlanga en el Teatro Principal de Ourense
Nora Sola, junto a García Berlanga en el Teatro Principal de Ourense

Los dos ourensanos que vivieron en el 2005 la visita de Berlanga lo recuerdan como un hombre con un grandísimo sentido del humor, hablador y lleno de historias y de anécdotas que contar. También generaba nuevas a cada paso. «Cuando el alcalde de aquel momento, Manuel Cabezas, le entregó el premio, recuerdo que Berlanga lo agradeció al festival de Santander, Concha Velasco lo corrigió, y dijo algo así como que al fin y al cabo, todo se quedaba en el norte», dice Silva. Señala que Berlanga era un director que no le daba importancia a los premios y al que le gustaban especialmente con los festivales pequeños: «Porque no se agobiaba y podía disfrutar a su antojo del cine del certamen y de la ciudad». Aquella edición del OUFF se proyectaron tres películas dirigidas por el valenciano, Plácido, Tamaño natural y La vaquilla. Y como parte del galardón, José Luis Castro de Paz editó una publicación sobre la vida y obra del autor. «Le encantó», resume Silva.

Berlanga, junto a Concha Velasco
Berlanga, junto a Concha Velasco MIGUEL VILLAR

De Ourense Berlanga también conoció la gastronomía. En su paso por la ciudad comió en la Escuela de Hostelería y Turismo, en la calle Marcelo Macías, un menú elaborado por el que en aquel momento era el director del centro, Tino Iglesias, y por su joven equipo de chefs incipientes. «Fue impresionante cocinar para Berlanga. Era muy cercano y natural, y se paró a saludar y felicitar a los alumnos al terminar la comida», rememora el cocinero. «Era comida ourensana al 100 %», dice Nora Sola. «Recuerdo que eran muchos pases con platos pequeños y a cada cual, Berlanga destacaba lo rico que estaba», apunta César Silva. La cena fue en Adega do Emilio, el restaurante que el fallecido Emilio Paradela regentaba en la avenida das Caldas. «Se suponía que terminaríamos sobre medianoche, pero nos alargamos mucho más. Recuerdo perfectamente a Emilio diciéndonos que no tuviésemos prisa, que estábamos en nuestra casa», dice Sola. «Era muy difícil apurar con una persona como Berlanga, había tanto que aprender de él y contaba historias increíbles. Creo que se sintió muy a gusto durante su estancia en Ourense, fue especialmente amable, educado y cercano. Siempre tuve debilidad por su cine, pero desde que lo conocí tengo debilidad por todo él», termina.