El regreso del PP a su gobierno y poder disponer del ahorro municipal darían oxígeno a Jácome hasta el 2023
31 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Cuando en agosto del año pasado cinco de los concejales de Democracia Ourensana lo denunciaron en Fiscalía por supuestas irregularidades en la gestión económica del partido y sus socios del PP le dieron la espalda, quienes lanzaron esa operación creían que Gonzalo Pérez Jácome sucumbiría a la presión y dimitiría. No podían estar más equivocados. Ha logrado resistir en la alcaldía con el único apoyo de otros dos concejales en una corporación que tiene 27 y eso no le impide hacer ambiciosos planes de futuro.
Pese a que él insiste en que la tercera ciudad de Galicia puede ser gestionada por un gobierno a tres, lo cierto es que son muchos frentes para repartirse y no pueden atender a todo como deberían. Esas carencias las están supliendo con el amplio plantel de asesores que tienen a su servicio. Pese a tratarse de una anomalía en la gestión municipal, el propio Jácome reconoció en su última rueda de prensa que los miembros de su personal de confianza actúan como si fuesen concejales.
Dadas las circunstancias, si los siete ediles del PP volviesen al gobierno, parece evidente que este ganaría en solvencia. «Cuantos más mejor», resumía el alcalde en su intervención ante los medios de comunicación. Lo cierto es que las negociaciones para ello están en marcha y los populares parecen dispuestos a volver. Creen que, tras el fracaso del intento de pacto con el PSOE para una moción de censura, la mejor manera de acabar el mandato es dando más estabilidad al gobierno actual. Además, a falta de la resolución de un recurso, las acusaciones que provocaron la ruptura con Jácome han quedado en nada en los juzgados.
En todo caso, aunque volvieran, el ejecutivo resultante sería de diez concejales (lejos de la mayoría absoluta, situada en catorce). Pero Jácome lo sabe y él y sus asesores ya tienen un plan. A sabiendas de que la oposición es incapaz de ponerse de acuerdo para presentar un candidato alternativo, podría aprobar asuntos clave vinculándolos a cuestiones de confianza. El problema es que ahora mismo solo tiene tiempo para dos porque solo se puede presentar una al año y el último del mandato está excluido.
Quiere una ya para movilizar 62 millones de euros -y llenar de grúas y zanjas una ciudad que no está acostumbrada a las obras- y otra cuando empiece el año 2022 para aprobar unos presupuestos y poder llegar al final del mandato. Sin embargo, la oposición está decidida a no ponérselo fácil y tratará de demorar los plazos y obstaculizar sus planes en todo lo posible.
Visto lo visto, en este mandato cualquier giro de guion es posible. Y solo estamos en el ecuador.
