Mil euros de multa y cuatro mil de indemnización por disparar a 64 farolas del Concello de San Cibrao

M. V. OURENSE / LA VOZ

SAN CIBRAO DAS VIÑAS

Santi M. Amil

La Audiencia ha confirmado la condena al único detenido que era adulto en el momento de los hechos

10 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

En los últimos días del mes de febrero del 2018 en distintas aldeas del ayuntamiento de San Cibrao das Viñas aparecieron destrozadas las bombillas de numerosas farolas. Más de sesenta luminarias tuvieron que ser sustituidas por la empresa encargada del servicio, lo que motivó que desde el ayuntamiento se pusiera una denuncia en la Guardia Civil, sospechando que pudiera tratarse de un acto vandálico. Días después varios jóvenes del ayuntamiento, cuatro de ellos menores de edad, fueron imputados en los hechos al constatarse, ellos mismos lo reconocieron, que habían disparado a varias de aquellas farolas con una escopeta de balines. Fueron condenados.

Ahora el único sospechoso que era mayor de edad en el momento de los hechos ya tiene también sentencia firme. Aunque no se presentó en el juicio en su contra celebrado a finales del pasado mes de septiembre en Ourense, la jueza consideró entonces probada su responsabilidad en el sabotaje, premisa que ahora también da por hecho la Audiencia, que recientemente ha confirmado el fallo. El acusado, Joel N. N., es responsable por tanto de un delito continuado de daños, por el que tendrá que abonar una multa de 9 meses a razón del pago diario de cuatro euros. Son 1.080 euros a los que el acusado deberá sumar los 3.995 destinados al Concello de San Cibrao, otros 786 por la reparación de la ventana de una vivienda y las costas del proceso penal. Los menores que participaron en los hechos también tendrán que participar en las indemnizaciones. «Joel era el que tenía mejor puntería», aseguró precisamente en el juicio uno de ellos, responsabilizando a su entonces compañero de pandilla de los disparos al mobiliario público y a dos viviendas. Otro testigo también reconoció que en aquellos tiempos se divertían de esa forma: «Éramos niños y nos hacía gracia», dijo, atribuyendo al acusado «del 90%» de los disparos realizados con una carabina comprada por el investigado en los días previos a los incidentes. El armero que se la vendió contó a la Guardia Civil que le había regalado una caja de balines.

Que el acusado reconociera los hechos ante los agentes del instituto armado que lo detuvieron en su momento, que los balines hallados junto a las farolas se correspondieran con la de su carabina y que también lo inculparan el resto de compañeros implicados en esta peculiar forma de divertirse han sido pruebas suficientes para declarar a Joel responsable de los actos vandálicos en primera y segunda instancia.