Jácome proyecta una piscina termal en la plaza de abastos de Ourense con las pozas cerradas

Javier González Sobrado
javier g. sobrado OURENSE / LA VOZ

OURENSE

El espacio se emplazará en el sótano de la plaza. Se realizó un renderizado del que se espera sea el aspecto final
El espacio se emplazará en el sótano de la plaza. Se realizó un renderizado del que se espera sea el aspecto final CEDIDA

El alcalde anuncia un nuevo recinto para que el termalismo deje de ser un «bluff»

15 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El termalismo de la ciudad de Ourense es un «bluff». Así lo definía el alcalde, Gonzalo Pérez Jácome, en un comunicado emitido ayer por el Concello. A través de él informaba de que, para intentar quitarle este calificativo al aprovechamiento de la riqueza termal de la capital, tiene previsto construir una piscina en el sótano de la praza de Abastos número 1. El anuncio del regidor llega cuando las pozas públicas de la ciudad cumplen más de un año cerradas. Se clausuraron con el confinamiento y no han vuelto a abrir.

La obra de construcción de la piscina termal formaría parte de la segunda fase del proceso de rehabilitación del edificio, ya en marcha y que según Jácome «avanza con muy buen ritmo».

«Con esta siguiente fase transformaremos y pondremos en valor el entorno del edificio y acondicionaremos en su sótano una de las mejores piscinas termales de Europa», explicó el gobierno municipal. El regidor visitó esta semana la plaza y se reunió con los arquitectos, a los que dio el visto bueno para presentar el proyecto, con vistas a licitarlo. Por ello, este aún se encuentra en una fase embrionaria.

La piscina, y un espacio destinado a vestuarios, ocuparían la totalidad del sótano del mercado municipal. Será un área para uso y disfrute de los ciudadanos, «al igual que el resto de las piscinas termales exteriores que hay en la ciudad», apuntan fuentes municipales. Al encontrarse en estado de anteproyecto, aún no se conocen detalles sobre el aforo, pero sí se sabe que la superficie útil del sótano, y disponible para esta obra, es de entre setecientos y ochocientos metros cuadrados. «Todo el espacio debajo de la nave principal se va a dedicar a ello», subrayan desde el Concello. Como prueba del posible resultado de esta construcción, se ha realizado una simulación de la piscina: «Hasta ahora se sabe que el espacio es suficiente, es apropiado y a posteriori, para que los especialistas en la materia lo entendiesen, se hicieron una representaciones gráficas en tres dimensiones». De este modo, el gobierno municipal rechaza finalmente la posibilidad de situar un supermercado en el sótano de la plaza.

Simulación del posible aspecto de la futura piscina
Simulación del posible aspecto de la futura piscina

Parte de este espacio estaba anteriormente ocupado por uno de los puntos más curiosos de la capital: el lavadero de la plaza. Actualmente las piezas que lo conformaban ya se han retirado y, tras su identificación y clasificación, se hallan almacenadas en un espacio perteneciente al Concello, y a la espera de que el conjunto sea reubicado en algún punto de la ciudad.

En cuanto a la remodelación del entorno del edificio del mercado, la idea es seguir el proyecto del año 2012, adaptándolo a la situación actual, es decir, sin contar con el aparcamiento de doscientas plazas que se planeaba realizar en aquel entonces como base de la infraestructura. Los desniveles naturales que presenta la superficie sobre la que se asienta la praza serán los principales enemigos a batir para conseguir la accesibilidad universal al edificio, una de las cosas más reclamadas por comerciantes y usuarios.

Reacción de los comerciantes

Para los placeros, noticias agridulces. «Yo echo bombas de palenque si se acometen la reforma del rianxo y consiguen la accesibilidad», asegura Emilio González, presidente de la asociación de comerciantes. Sin embargo, asegura, la corporación no los informó debidamente de que se estaban proyectando estas obras, y además, afirma que la construcción de un espacio de ocio termal en el sótano viene de largo: «Bienvenido sea, pero que no se cuelguen medallas. Esta idea fue de Isabel Pérez en calidad de directiva de la plaza».