«Mi estilo es consecuencia de las cosas que me gustan y no sé hacer»

Cándida Andaluz Corujo
cándida andaluz OURENSE / LA VOZ

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El ilustrador ourensano Daniel Iglesias Padrón acaba de publicar su primer libro en solitario, titulado «Ba»

12 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Daniel Iglesias Padrón (Ourense, 1983) se crio en Pontevedra, de joven se mudó a A Coruña para estudiar Arquitectura y vive actualmente en Santiago. Comenzó en el mundo de la ilustración como aficionado, pero con el tiempo empezó, a través de la caricatura y el cómic, a obtener premios por sus trabajos. En el 2009 ganó un accésit en el Concurso Galego de Caricaturistas Noveis y un año después un segundo premio en el certamen de cómic de Cangas. Comenzó su trayectoria como ilustrador infantil después de ganar en el 2011 el premio Pura y Dora Vázquez de la Diputación de Ourense por sus trabajos para el texto ganador de María Canosa. Desde entonces ha ilustrado textos de diferentes autores. Muchas veces con Canosa, con quien sintió una conexión especial que se inició tras el certamen ourensano. Una afición convertida en profesión sin haberlo planificado.

A lo largo de estos años, sus trabajos se han podido ver en títulos como A veces mamá tiene truenos en la cabeza, con Bea Taboada; Pollosaurio, con José Carlos Andrés; y en otro tipo de publicaciones como carteles de obras de teatro infantil o en una etiqueta de Estrella Galicia. Estas obras y otros muchas de su trabajo se pueden ver en su perfil en Instagram. Explica que no lleva bien la promoción en las redes sociales, y que esta es la parte de su trabajo que menos le gusta, aunque sabe que es necesario.

Este marzo salió a la luz Ba, su primer libro completo como autor e ilustrador. Da así un paso adelante en su carrera. La pandemia y el nacimiento de su hijo fueron clave para dar este paso. «Ba es una pequeña aventura de un niño que apenas habla y que va explorando su entorno y va mezclando el mundo real con su interior... Hace alrededor de un año empecé a hacer los bocetos y a trabajar en él. Durante el encierro lo terminé y empecé a moverlo», explica. La editorial Bululú se hizo cargo del proyecto que hoy ya es una realidad. «Ba surgió porque yo tengo un niño pequeño en casa que me estaba contando historias, solo con esa palabra. Me paré a pensar qué tendría él en la cabeza, qué estaría pensado. Supongo que es algo que le pasa a muchas familias con sus hijos pequeños cuando todavía no se comunican con palabras. Decidí plasmar lo que yo creía que hacía. Es una historia real», relata Daniel. Y así, continúa, llegó la idea a su cabeza. Se inspiró en un momento importante de su vida. «Lo aproveché. La inspiración vino de esa manera, no tuve que buscar ideas, realmente en ese momento no tenía la intención de hacer un libro de autor. Pero sabía que iba a funcionar, por lo menos en mi familia (ríe). Y quiero pensar que a la gente que lo vaya a ver también, porque no somos una familia especial. Se plasma cómo creo que es la imaginación de un niño», añade.

Aunque Daniel Padrón tiene un estilo personal, que lo define, asegura que no lo sabría definir y afirma modestamente: «Mi estilo es la consecuencia de esas cosas que me gustan y no sé hacer. Al final hago lo que me sale, no sé hacerlo mejor... El ilustrador tiene siempre la sensación de que debe hacerlo mejor, de que no puede estancarse».

Cuando se le pregunta por sus referentes, señala que no sabe si lo son en su obra pero que sí le gustan mucho lo que hacen, los sigue en sus trabajos y de ellos aprende. Habla de David Pintor, Quentin Blake o de Gabriel Pacheco, entre otros.

«Hay trabajos de una calidad tremenda, pero luego está la parte económica»

Daniel Iglesias Padrón afirma que en Galicia hay un gran número de buenos ilustradores que hacen trabajos increíbles, aunque eso no se refleje en posibilidades para vivir exclusivamente de este trabajo. «Cada uno lo ve desde su experiencia y no sé cómo lo harán otros. Desde mi punto de vista, en el mundo de la ilustración hay trabajos de una calidad tremenda, pero luego está la parte económica, que es la más problemática. Es difícil vivir de la ilustración, y trabajar mucho y con mucha calidad no te garantiza que puedas vivir como dios manda. Yo sobrevivo con la ilustración, pero habrá mucha gente que no pueda vivir de esto», dice.

Sobre los concursos, que de alguna manera dieron un empujón importante a su carrera, afirma que son muy importantes para da a conocer los trabajos, iniciarse en el mundo de la ilustración y empezar a ganar algo de dinero. «Ahora no lo hago porque mi trabajo me ocupa bastante tiempo. Pero cuando lo hice, cuando me presenté a los primeros, yo no era ilustrador, simplemente me gustaba dibujar, era parte de mi ocio. Luego coincidí con María Canosa, por el premio Pura y Dora Vázquez, y fue ella quien me fue ofreciendo textos. Así, poco a poco, fuimos presentándolos a las editoriales y cuando me di cuenta...».

Sin embargo, y a pesar de que actualmente puede vivir de su trabajo como ilustrador infantil, la incertidumbre está siempre presente, y mucho más en tiempos de pandemia: «Van llegando poco a poco proyectos para empezar en breve... Durante el encierro del año pasado tuve poco trabajo. Mi impresión es que el libro ilustrado se sigue moviendo muchísimo, por eso debes sacar novedades».