Confirman la pena de 19 años de cárcel al hombre que agredió sexualmente a dos sobrinos

Los magistrados de la Audiencia provincial de Ourense no tuvieron dudas de que dos hermanos de 10 y 13 años no mintieron cuando contaron, primero a su madre y luego ante los tribunales, que durante un fin de semana que pasaron en la casa de su abuela uno de sus tíos los agredió sexualmente, y tampoco las han tenido ahora los togados del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, que acaban de confirmar la sentencia.

Se ratifica así el duro reproche penal que tendrá que afrontar José Á. G. a quien se le acortan cada vez más los caminos para buscar una sentencia absolutoria y evitar estar privado de libertad durante 19 años. Le cabe aún la posibilidad de recurrir en casación ante el Supremo, pero la resolución que se acaba de dictar en el alto tribunal gallego tumba uno por uno todos los argumentos de su recurso, en el que se ponía en duda la veracidad del testimonio de los menores y se hablaba de contradicciones. Los magistrados de la sala civil y penal del TSXG no las aprecian. «No estamos ante dos versiones contradictorias», recoge la sentencia, que ve corroboradas las declaraciones de los niños con el hallazgo de esperma del acusado en el bañador de uno de ellos, el más pequeño, una evidencia que durante el juicio el agresor no pudo aclarar. «Se limitó a manifestar en el juicio que no recordaba nada de esa noche porque había bebido mucho, aunque en abierta contradicción con ello, sí negó con rotundidad los hechos imputados, sin poder ofrecer explicación razonable a la presencia de su semen en el bañador del menor», explican los togados.

Según se ratifica, el acusado aprovechó que la madre de los niños los había dejado un fin de semana, en concreto el 24 de junio del 2018, al cuidado de la abuela para, por la noche, meterse en la cama con ellos. Primero intentó tocar al mayor, si bien este le dio un manotazo y se marchó, advirtiendo a otro de sus tíos de que algo raro pasaba en la habitación. Esta llamada de auxilio no evitó que José agrediera a su hermano, repitiendo el abuso al día siguiente, cuando lo llevaba a una comida familiar. Esa tarde, al regresar con su madre, los niños contaron lo que les había pasado, dando así lugar al procedimiento judicial que llegó a juicio en la capital ourensana el pasado mes de octubre. La Fiscalía de Ourense solicitaba una condena de 29 años de prisión para el imputado, acordando los magistrados imponerle una pena de 19 y la prohibición de acercarse a las víctimas durante diez años.

La sentencia de apelación deja claro que no existen pruebas de la ingesta de alcohol a la que aludió el acusado como excusa y ven probado que hubo prevalimiento, no solo por la diferencia de edad, sino también por la confianza que los niños tenían hacia por él. «Los menores se quedaron a dormir en casa de su bisabuela, con sus tíos, y aprovechando ese marco de confianza que genera la relación familiar, el acusado accedió a la habitación en la que dormían, abusando de la forma descrita de los menores, que solo pudieron reaccionar frente a tal superioridad cuando llegó su madre».

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