Los mayores de 80, contra el covid-19: «Esta vacuna supone un paso al frente»

Pablo Varela Varela
pablo varela OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Varios de los pacientes citados para vacunarse en el centro de salud de O Carballiño este jueves
Varios de los pacientes citados para vacunarse en el centro de salud de O Carballiño este jueves MIGUEL VILLAR

Vecinos de las comarcas de O Carballiño, Verín y Viana do Bolo acudieron a una ronda extraordinaria en los centros de salud de las tres localidades

01 abr 2021 . Actualizado a las 19:08 h.

Conchita Puga y Pepe Carballido, un matrimonio de O Carballiño, salían este jueves del centro de salud del municipio dando un pasito más en su blindaje contra el covid-19. A Pepe, de 86 años, le tocó ponerse la primera dosis y se marchaba tranquilo. «No noté el pinchazo», decía.

Él fue uno de los 360 vecinos mayores de 80 años de toda la comarca que fueron citados por el Sergas dentro de una ronda de vacunación extraordinaria que también tocó de cerca a Verín y Viana do Bolo, donde se habilitaron los centros de salud de ambos municipios, con 150 convocados, así como el hospital comarcal verinense, con otros 391. María del Carmen Vázquez, de 84 años y oriunda de Punxín, acudió a O Carballiño acompañada por su hijo. Recibió su segunda dosis y, tras la mascarilla, se atisbaba un cambio de semblante al aludir al inicio de la pandemia, como una mezcla de temor y respeto ante lo experimentado. «Esta vacuna supone un paso al frente. Nunca viví algo como esto, así que le doy mucha importancia. De hecho, cuando empezó todo en China, no llegué a pensar que el virus llegaría aquí», contaba María del Carmen.

Conchita Puga y Pepe Carballido, matrimonio de O Carballiño
Conchita Puga y Pepe Carballido, matrimonio de O Carballiño MIGUEL VILLAR

Ya ha pasado más de un año y la realidad es que es el coronavirus no solo llegó, sino que se quedó. Y otra realidad es que la vacuna era -y es- una especie de coraza aguardada por muchos, algo que atestiguaba Pilar Gulías, de 80 años y vecina de Beariz. Junto a ella iba su hermana mayor, Ramona, de 89. «Ya pensé que no nos llamarían, así que estoy feliz por venir», decía la primera. Fueron citadas por teléfono, y agradecían que el Sergas optase por esta vía para notificar los avisos a los más mayores. «En mi caso, creo que veo mejor una llamada que el mensaje SMS», añadió Pilar. Para ambas, la convocatoria de este jueves implicó someterse a su primera dosis. Quizá una mera anécdota a la espera de completar el proceso con la segunda, pero también algo nuevo que contar a sus familiares con residencia en México, que, según contaba Ramona, optaron por viajar recientemente a los Estados Unidos para poder recibir la vacuna cuando antes.

Pilar Gulías, vecina de Beariz citada para vacunarse contra el covid-19
Pilar Gulías, vecina de Beariz citada para vacunarse contra el covid-19 MIGUEL VILLAR

En O Carballiño se planteó una jornada partida con turnos de mañana y tarde: hubo 240 convocados para la primera dosis en la franja matinal y otros 120 en la vespertina. Verónica Civeira, coordinadora de los equipos de vacunación, se mostraba satisfecha con el balance del día. «La gente vino encantada. Y lo hicieron desde todos los puntos de la comarca, porque O Carballiño es nuestro punto de referencia también por motivos logísticos, pero hasta aquí acudieron vecinos que viven en O Irixo, Maside...», explicó.

Tres generaciones en la sala

También hubo quien viajó desde la ciudad de Ourense, porque la convocatoria se hace en base a la ficha sanitaria de cada paciente. Es decir, en función de dónde tiene asignado su médico de cabecera. Silvia Fernández, vecina de O Carballiño, vive desde hace un tiempo en la capital provincial junto a su hija, Mercedes, aunque sigue estando en el cupo de su centro de salud de siempre por el cariño y la confianza que deposita en su facultativo de toda la vida.

Andrea Valiñas, Mercedes González y Silvia Fernández, tres generaciones de una misma familia
Andrea Valiñas, Mercedes González y Silvia Fernández, tres generaciones de una misma familia MIGUEL VILLAR

Hasta allí se desplazó acompañada precisamente de Mercedes y también su nieta, Andrea. Tres generaciones de una misma familia conectadas por un instante que la más veterana de todas se tomaba con mucha filosofía. «Tocoume, e nada máis», dijo con sencillez. El caso es que fue la última de cinco hermanos en recibir la citación, y su hija explicaba que, además, ir hasta el centro de salud sirvió, en cierta manera, para poner punto y final al confinamiento preventivo de las últimas semanas. «Mi madre llevaba prácticamente un mes sin salir de casa», apuntó Mercedes.

La primera dosis de Silvia se hizo esperar, pero tenía su explicación. «La llamaron hará cosa de una semana, pero, como estaba recién operada de la cadera, mi madre pidió retrasar la citación. Mi abuela salió muy contenta, porque estaba deseándolo», indicó Andrea, su nieta.