Un fuego calcina una casa en Nogueira de Ramuín: «Vivimos de milagro, no sé cómo despertamos»

Cándida Andaluz Corujo
c. andaluz OURENSE / LA VOZ

OURENSE

MIGUEL VILLAR

Marisa y su marido José María se libraron  de un incendio que, entre otra cosas, derribó el tejado de si vivienda

27 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Susto y mucha pena. Un día después del suceso que le dejó sin casa, a María Luisa Rodríguez, Marisa, aún le caen las lágrimas. La madrugada del jueves no la olvidará nunca. Ni ella ni su marido José María Lumbreras. «Vivimos de milagro, no sé cómo despertamos», señalaba ayer mientras intentaba, no sin dificultad, arreglar temas del seguro para poder sufragar el gasto de una habitación mientras recompone la vivienda que quedó prácticamente calcinada, en Nogueira de Ramuín. Era la una de la madrugada cuando, no sabe bien por qué, ella y su marido se despertaron sobresaltados. Había llamas en la casa. «Lo primero que hice fue llamar a emergencias y salir de casa corriendo. Empecé a tocar una campana que tenemos a la entrada de la vivienda para alertar a los vecinos», relataba. «Estábamos en el primer sueño cuando sucedió todo. Todavía no sabemos cuál pudo ser la causa, quizás un cortocircuito, porque teníamos todo apagado», dijo.

Tras el susto vino la visita a la casa. Marisa y José María regresaron hace pocos años de forma definitiva desde el País Vasco, donde residieron durante años ya que él era guardia civil. Y en esa casa estaba su descanso vacacional y ahora su vivienda. «Durante años pasamos mucho miedo en San Sebastián, vimos a muchos compañeros morir, lo pasamos realmente mal», explicaba entre sollozos. «Estábamos deseando volver aquí», añadió. El fuego se llevó muchos recuerdos. Marisa hace memoria: «Tenía sábanas hechas por mi hermana, fotografías, cosas de mis padres...». A la contra, han recibido, dice, muchas muestras de cariño. «No paramos de recibir llamadas de gente que nos conoce y que quiere ayudarnos. Esta es la parte positiva de todo esto. Estamos vivos», afirma mientras recuenta lo poco que queda.