Los estrellas del camino
En Triacastela Mon Devane inmortaliza a Xermán Arias, un lutier de Vilei que fabrica y arregla instrumentos musicales de cuerda desde su taller en Sarria. En ese municipio termina la siguiente etapa del Camino Francés y en su mural está Mario Mato, al frente de la casa rural de Santa Mariña, en Portomarín. Ahí la obra la protagoniza Xosé Luís Arqueixal. Natural de la aldea lucense de Albá, regenta su propia granja familiar, que lleva por nombre su apellido, Arqueixal. En Melide sale Isidro Pardo, apicultor jubilado de Viñós, promotor del Museo Vivente do Mel. En Arzúa, Mon retrató al coruñés Antón Pombo, investigador y escritor sobre el resurgir jacobeo. Siguiendo las etapas, en O Pino, el artista ourensano capturó la mirada de Maruja da Tahona, una repostera, ya jubilada, del pueblo de Agolada especialista en hacer melindres y dulces típicos de la zona.
La exposición, como el Camino, termina en Santiago. Allí Mon plasmará a Laurie Denet, una escritora canadiense que descubrió Galicia en su primera peregrinación desde Chartres (Francia) a Compostela, que se enamoró de esta tierra hasta el punto de quedarse en O Cebreiro. Lucirá en una lona de más de 30 metros que cubre un lateral del Hotel Oca Puerta del Camino. Una exposición en la que el orgullo galego saca pecho y en la que el arte se convierte en estrella que guía, perfecta para visitar como peregrino o como todo lo demás.