Los pequeños de 4 años han realizado una exposición con ayuda de varios artistas ourensanos
24 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Todo comenzó cuando Ana Rodríguez trabajaba en la actividad que había organizado para conmemorar el Día de la Paz con sus alumnos de Infantil. «Les presenté el Guernica y al ver cómo reaccionaban, diciéndome que estaba desordenado y mal hecho, me pareció que quizá les gustaría seguir ahondando en el mundo del arte», admite. El resultado es que esos 23 pequeños de 4 años se han convertido en grandes artistas y este miércoles exponen sus obras en un museo efímero. Una exposición de tan solo un día de duración, en el exterior de su colegio, el CEIP Mestre Vide, en la que estará representada una parte del trabajo que los niños han realizado en los últimos dos meses. En este tiempo han conocido, y han practicado, técnicas y estilos pictóricos muy diferentes. Y lo han hecho con la ayuda de profesionales de la pintura ourensana como Baldomero Moreiras o Isabell Seidel. «Cuando tenía la edad de estos niños, un profesor me puso a dibujar con tizas de colores sobre el encerado del colegio y hasta ahora no he dejado de pintar. Así que en mi caso decidí proponerles lo mismo a ellos», explica Moreiras y cuenta que alucinó con el entusiasmo, el potencial y la creatividad de los alumnos. Con Seidel trabajaron los paisajes y los contrastes de color. «Creo que es muy interesante dejar que se expresen y que hagan uso de su libertad desde tan pequeños, antes de que empiecen a absorber normas y reglas», apunta la artista. Con Enrique Gistau y Xandre Álvarez, especialistas en arte urbano, conocieron el mundo del grafiti. «Fue muy divertido», dice la pequeña Nora. Y es que pudieron verles pintar en directo un mural en el patio del colegio.
A Zoe le encantó el recorrido por el mundo del arte y poder pintar sus propias versiones. A Eric y a Martiño les pareció que el cubismo era realmente complicado, pero están muy contentos de haber conseguido recrear su propia versión de esta técnica. A Teo y a Anxo lo que más les gustó fue compartir a sus abuelos con toda la clase, Clemente Barba y Toño Álvarez, respectivamente. Estos dos grandes aficionados de la pintura transmitieron a los niños su pasión. «Fue una experiencia preciosa», dice Barba emocionado. Con él trabajaron con témperas. «En mi caso les enseñé a dibujar con carboncillo. Fue increíble ver el enorme interés que ponían y todas las maravillas que iban creando», termina Álvarez. Algunas de ellas se disfrutarán en las instalaciones del Mestre Vide.