Mi mejor mujer

María Doallo Freire
María Doallo NO SÉ NADA

OURENSE

11 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Para mi madre, el último paso de la limpieza del cubo de la basura de casa es echarle colonia. Entonces, cuando vas a tirar cualquier desperdicio de la cena y abres la puerta que hay bajo el fregadero de la cocina, de pronto un olor a bebé recién bañadito inunda la habitación. Le encanta todo lo que huele parecido a Nenuco, creo que es su forma sutil de pedirme que la haga abuela. Ya llegará, mamá. Pero el caso es que es un detalle que me llama especialmente la atención, porque me recuerda que no estaré nunca a la altura de la mujer que me concibió. Uno de los textos que más me ha conmovido en mi vida es Señora de rojo sobre fondo gris, pero nadie mejor que Delibes para hablar de amor. En este libro lo hace vomitando desde el fondo de sus entrañas lo que sintió al perder al suyo después de una cruel enfermedad. Habla de esos detalles minúsculos y que aparentemente pasan desapercibidos hasta que ya no están. Y desearías que estuviesen. Al leer el libro, lloré tantísimo que me cabreé absurdamente con Delibes por hacerme semejante daño. Años más tarde, me pasó lo mismo con José Sacristán, al verle interpretar esta obra en el Principal. A veces digiero la pena con enfado, como los niños. El caso es que yo amo el teatro por culpa de esa señora que es capaz de perfumar la basura y que es el ejemplo de mujer más trabajadora y luchadora que conozco. Al teatro vuelvo este sábado, por cierto, en este caso a llorar un poquito con El coronel no tiene quien le escriba de García Márquez. Este 8M decidí pasarlo escribiendo las historias de mujeres, poniendo un altavoz frente a sus bocas y haciendo que griten fuerte sobre estas páginas. Pero hoy quería hablaros un poquito de mi mujer favorita. Y amén.