La limitación horaria y en los aforos hará que la reapertura no sea al completo
26 feb 2021 . Actualizado a las 14:37 h.Hoy es un día marcado en rojo en el calendario de un sector tan castigado por la pandemia como es el caso de la hostelería. Los locales podrán atender a sus clientes más allá del servicio para llevar o a domicilio. En el caso de la ciudad y de las principales poblaciones de la provincia, la apertura tiene unas reglas de juego que vienen marcadas por la limitación horaria de las seis de la tarde y por la reducción de aforos a un 30 % en el interior y a un 50 % en las terrazas.
Precisamente, estos dos factores harán que la reapertura no sea total, ya que habrá hosteleros que prefieran continuar con su establecimiento cerrado hasta que se abra un poco más la mano. Es el caso, especialmente, de restaurantes y de los pequeños locales de hostelería de la zona de Los Vinos. En ambos casos, el hecho de no poder contar con el servicio de noche es un hándicap demasiado grande. Fuentes del sector explican que, en estos casos, la reapertura será más gradual.
Roberto González, de Hamburguesería-Bocatería Km-0, refleja la ilusión, pero también las incertezas con que afronta el sector la desescalada: «Después de un año de pandemia ya sabemos todos el partido que vamos a jugar y lo que nos vamos a encontrar, porque la hostelería como todos la conocíamos va a tardar aún mucho tiempo en volver. Lo que queremos apelar es, por encima de todo, a la responsabilidad total de clientes y hosteleros. Tenemos que tener claro que la factura de una nueva ola es inmensa, porque cada una de ellas ha traído muchas víctimas mortales y se ha llevado por delante también a muchos negocios».
En su caso, durante el cierre han mantenido operativo el servicio para llevar y a domicilio. «Es un complemento de tu negocio, pero no puede ser el negocio completo. Es cierto que hemos funcionado muy bien y que hemos llegado a nuevos clientes, pero no es suficiente», señala el hostelero ourensano.
Una de las principales preocupaciones de los hosteleros tiene que ver con el hecho de que la gente sea responsable en su regreso a los locales para evitar nuevos cierres que supongan un golpe que podría ser definitivo para muchos negocios. «Todos sabemos lo que se puede hacer y lo que no. Lo único cierto es que al final a quienes han criminalizado es a los hosteleros, porque la gente se relaja y se quita la mascarilla», explica.
El rastreo de contactos mediante un código QR que plantea la Xunta es recibido con cierto escepticismo en el sector. «No pueden pedirnos ahora que hagamos nosotros de rastreadores, cuando ni las administraciones lo han conseguido. La clave es el sentido común, más que ninguna otra medida», concluye Roberto González.