Galicia, en el segundo trimestre de 2020 en materia de exportaciones e importaciones, recogió un resultado dato difícil de olvidar. La tasa de variación interanual de las exportaciones cayó un 23,9% y la de las importaciones lo hizo un 24,7%. Unos descensos provocados por la pandemia mundial que hizo mella en todas las economías europeas, especialmente la española, con una elevada propensión a la exportación. La situación, en todo caso, debe valorarse a nivel provincial. El tejido económico de la provincia de A Coruña o Pontevedra no es el mismo que el de Lugo y Ourense, como tampoco lo es la capacidad exportadora o importadora por provincias. La provincia ourensana aún exporta poco si se compara con otras y esto en el marco económico que hemos vivido, supone, dentro de lo malo un resultado no tan negativo como aquellas otras provincias donde el saldo del comercio exterior juega un papel más importante. En este sentido, podemos señalar en el análisis como los efectos negativos tuvieron una menor intensidad en la provincia.
Lo anterior debe servirnos como revulsivo para mejorar nuestra capacidad exportadora. Es preciso apostar por una mayor presencia económica exterior del sector agroalimentario, que es la punta de lanza de las exportaciones ourensanas. El papel que puede llegar a desempeñar empresas como el Grupo Coren es fundamental, ya que representa más de un tercio de lo que vende fuera nuestro sector agroalimentario. Una segunda industria es la del vino. En la provincia tenemos cuatro de las cinco denominaciones de origen de Galicia, siendo esta actividad el 15% de nuestras exportaciones.
No obstante, el panorama no solo tiene luces, sino también algunas sombras. Las que más deben preocuparnos es la excesiva concentración de nuestros clientes en una lista limitada de países. Es evidente la fuerte polarización de nuestras ventas en cuatro países: Reino Unido, Francia, Italia y Portugal. Nos debe preocupar sobre todo el primero de ellos, ya que con el brexit la situación ha cambiado radicalmente, perjudicando claramente nuestra posición inicial. En cuanto a Francia e Italia es esperable que tarden menos en recuperarse que España.
Precisamente por ello, es necesario que las empresas ourensanas busquen nuevos mercados. Países asiáticos como Japón y China son una interesante opción a estudiar, aprovechando la fuerte demanda de nuestros productos, aunque en el caso del segundo hay que descontar también la fuerte caída de la demanda por el covid-19. Además, no hay que irse tan lejos para mejorar nuestro saldo comercial externo. Alemania es un mercado donde los productos ourensanos están muy valorados, tal y como se venían mostrando en las últimas estadísticas. En un momento de gran incertidumbre económica, donde el mercado interno va a tardar tiempo en recuperarse, es preciso apostar más desde las empresas por nuestra vena exportadora.