«Sin las visitas, vemos que los mayores se van apagando»

pablo varela / maría cobas OURENSE / LA VOZ

OURENSE

CEDIDA

En residencias como Las Salinas han optado por implicar a los usuarios en actividades colectivas como manualidades de entroido

16 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Después de semanas en semiconfinamiento, y tras haber recibido la vacuna, las residencias de mayores darán mañana un paso en la desescalada. Los usuarios podrán recibir hasta tres visitas semanales, de dos familiares. Actualmente -desde que la tercera ola cogió fuerza- solo pueden recibir una visita a la semana, con una única persona.

En el caso de los centros para personas con discapacidad, podrán recuperarse las salidas de los usuarios, que podrán pasar los fines de semana en su casa. En ambos casos, la desescalada comenzará en aquellos centros en los que los usuarios estén vacunados desde hace, al menos, diez días. Así lo anunció el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, tras la reunión del comité clínico de ayer. La desescalada en los centros para personas mayores y con discapacidad comenzará mañana mismo.

Era una noticia que estaban esperando en las residencias, ante el deterioro cognitivo que el aislamiento está produciendo en los usuarios. Para paliar estos efectos, en los centros que se van librando de los casos, recuperan poco a poco las actividades grupales -que en las que no entró el virus no tuvieron que interrumpir nunca-. En el caso de la Fundación San Rosendo, por ejemplo, han decidido aplicar su nuevo modelo de unidades de convivencia reducidas. Los usuarios están en grupos de entre 10 y 15 personas, siempre atendidos por el mismo personal.

Los mecos de Las Salinas

«Todos nuestros mayores tienen talentos que debemos ayudarles a explotar al máximo», indica Mayra Rey, integradora social en la residencia Las Salinas, a las afueras de la ciudad de Ourense. En este centro sociosanitario completaron la vacunación hace aproximadamente quince días, así que ya estarían en disposición de trabajar con el nuevo régimen de visitas que estima la Xunta de cara a mañana. «Las echan mucho de menos, como tener a su familia cerca. Si no, vemos que se van apagando. Si se hacen bien las cosas y se mantiene la distancia social con respecto a ellos, es una buena noticia», expone Rey, que trabaja a diario con ellos y sabe lo importante que es mantener arriba el ánimo de los residentes y también el hecho que se sientan partícipes en algo colectivo.

En el año posiblemente más extraño para el entroido en la provincia, en Las Salinas se han readaptado para que el sentimiento no se pierda. «Llegó la época de los mecos y ellos daban por hecho que no se haría nada. Así que con unos periódicos viejos y unas medias rotas intentamos poner en marcha una actividad en la que participasen todos, como una serie de manualidades en la que cada uno tuvo su protagonismo», explica Rey.

También hubo premio para quienes se animaron: orejas de la confitería Arva. Pero el verdadero, el realmente importante, fue combatir el desánimo. «Con estas pequeñas cosas salen de sus habitaciones y parece que recuperan su energía», apunta la integradora social.