Silencio durante el domingo de entroido en Verín

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

OURENSE

Algunos vecinos quisieron mantener la tradición y recorrieron las calles como cigarrones

14 feb 2021 . Actualizado a las 19:21 h.

Para muchos turistas, el sonido descompasado y fuerte que hacen los cigarrones cuando recorren a topa prisa las calles de Verín, es ensordecedor. También hipnótico y contagioso, invita a reír fuerte, a entusiasmarse con el entroido, a no dejar nada sin decir o sin hacer. Así es la fiesta más típica del municipio verinense, repleta de colores, de movimiento y de tradición. Llena hasta los topes de máscaras y del sonido de las chocas. Por eso este domingo, el silencio que reinaba en Verín desde el mediodía, hacía más latente la pena de los vecinos que, por primera vez, no pudieron celebrar su entroido. «É un silencio absoluto, que molesta, non o sabería describir con palabras», decía el teniente de alcalde del municipio, Diego Lourenzo. Le pasaba lo mismo al querer explicar el ambiente que se respiraba en el pueblo: «É tremendamente triste. Temos un sentimento de pena moi dentro porque esta é a nosa festa máis propia, pero tamén estamos de acordo en que a responsabilidade hoxe é o máis importante». Afirmaba que el comportamiento de la gente estaba siendo ejemplar, primando la seguridad y la prudencia, y eso mismo se notó en las calles, por las que paseaban cada vez menos personas según avanzaba el día.

El domingo comenzó en Verín con el sonido de las chocas. Algunos vecinos quisieron hacer un homenaje a su entroido y salir a recorrer el centro del municipio vestidos de cigarrón. Fueron unos pocos, salpicados en el tiempo y de forma individual. «Outros preferimos non sacar os traxes porque a pena case era peor», admite Lourenzo. Sí se notó el espíritu del carnaval en los más pequeños, que a lo largo del fin de semana se animaron a vestir sus mejores disfraces. Pero donde más presente estuvo el entroido verinense fue en las ventanas. Siguiendo el ejemplo del Concello, que decoró la casa consistorial con grandes lonas, muchos vecinos sacaron a sus puertas y balcones maniquíes vestidos de cigarrones y máscaras. «É unha forma de telo presente, porque o entroido de Verín sempre está latexando», afirmaba el teniente de alcalde. «E sen perder a esperanza de que todo mellore pronto, que é o máis importante, e de que chegue canto antes o ano que ven», terminaba.