Los ourensanos se adaptan a la hostelería con el servicio para llevar

María Doallo Freire
maría doallo OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Santi M. Amil

Aumentan los restaurantes con opción a domicilio y las ventas se reparten

14 feb 2021 . Actualizado a las 23:20 h.

Desde que comenzó la pandemia, las restricciones para frenar el avance del covid-19 han golpeado directamente al sector de la hostelería y de la restauración, que se ha ido adaptando y reinventando para sobrevivir a ellas. La opción más repetida hasta el momento ha sido la de incorporar el servicio a domicilio. Hasta el estado de alarma, la oferta gastronómica que los ourensanos podían pedir desde casa era mayoritariamente comida rápida (pizzas, hamburguesas o kebabs). Meses después y con un nuevo cierre de la hostelería estipulado por la Xunta, cada vez son más las opciones que se pueden pedir a domicilio: desayunos, comida tradicional, marisco, pulpo, helados y hasta los pinchos de la zona de Vinos de la capital.

A la reinvención de los hosteleros se están adaptado los consumidores ourensanos. En algunos casos se trata de necesidad por falta de tiempo para cocinar. Personas que antes comían a diario de menú en un restaurante y con el cierre de estos, se han amoldado pidiéndolos directamente desde su puesto de trabajo. Esto es lo que le ocurre al ourensano Daniel Estévez, uno de los propietarios de la correduría de seguros Valor Total. «Ahora como cada día en el despacho. Soy buen cocinero y además es algo que me gusta, pero no tengo tiempo para prepararme nada ni para dejarlo listo del día anterior», explica. Él es cliente de Casa Toñita, en la calle San Miguel, a donde antes acudía a comer a diario. «Son platos sencillos, caseros, muy variados y elaborados con productos frescos. La verdad es que que hayan incorporado la posibilidad de pedir la comida me ha salvado y lo agradezco mucho», añade. También destaca la relación calidad-precio: el menú, con un primero, segundo, postre y bebida cuesta 12,50 euros. «En mi caso he podido adaptarme al cierre de la hostelería sustituyendo las visitas al restaurante con el servicio a domicilio, aunque por supuesto no es lo mismo. Antes comer se traducía en un rato para desconectar, ahora lo hago incluso frente al ordenador o mientras realizo algunas llamadas de trabajo», termina. Daniel dice estar deseando la mejora de la situación sanitaria para que la hostelería pueda volver a abrir, pero afirma que hasta entonces seguirá utilizando este servicio: «También como una forma de apoyar a nuestros hosteleros claro, para mí los de Casa Toñita, después de tantos años comiendo allí, son casi como amigos».

Palma Roca

Mejor ayudar que cocinar

Precisamente ese motivo, el de apoyar a los hosteleros es el que ha llevado a muchos ourensanos a pedir su comida para llevar. Es el caso de Domingo Castro, que desde este último cierre, consume a diario el menú del Abadía, que cuesta 11 euros. «Decidín que era mellor axudarlles que cociñar eu na casa. Teñen comida tradicional, a de toda a vida, e as racións son moi grandes, sempre me sobra para cear», dice mientras recoge su pedido. Detrás de Domingo llega Gabi Sanín, jugador de la UD Ourense. El club tiene un acuerdo de colaboración con el restaurante situado en la calle Valle Inclán. «Algunos de los jugadores compaginamos el equipo con otro trabajo o con estudiar, entonces nos viene genial el tener la posibilidad de recoger aquí la comida. Además tenemos muy en cuenta la situación que están atravesando los hosteleros así que intentamos ayudarles lo máximo posible y esta opción nos facilita muchísimo la vida», apunta el futbolista. Esa falta de tiempo para cocinar a mediodía también la tiene Andrés Méndez que desde hace tres semanas come el menú del Abadía en su domicilio. «Soy comercial y dadas las circunstancias actuales, tengo que regresar a mi casa porque no hay nada abierto. Antes comía donde estuviese, en cualquier restaurante de la provincia, ahora tengo que volver y ya pierdo tiempo, así que menos mal que hay sitios con menú del día como el Abadía», dice.

Santi M. Amil

Otra parte de los ourensanos han optado por consumir a domicilio los sitios a los que acudían a disfrutar del fin de semana, para convertir los días libres en diferentes y en «más normales». «Cremos que non hai que perder as costumes. Antes iamos aos Viños cada finde e agora son eles os que veñen á nosa casa», explica Marcos Tesouro. Él y su pareja, Noelia Domínguez, son fieles al bar París y cada sábado para cenar, en la mesa de su salón no faltan las empanadillas y croquetas de este emblemático local de la rúa Lepanto. «Tamén nos animamos a probar os pinchos da semana. Sabemos que os hostaleiros están sufrindo e intentando adaptarse como poden así que é o momento de axudarlles e amoldarnos nós tamén», añade.

Aún así el apoyo a la hostelería no es suficiente. «El servicio a domicilio nos da para llegar al 10 % de las ventas del año pasado. Al haber tanta oferta, el consumo está muy repartido», apunta Javier Outomuro, de la Unión de Hosteleros de Ourense. Explica que en este último cierre han sido muchos los restaurantes que han sumado este servicio. «Estamos notando esa disminución en las ventas. Pero también apreciamos el compromiso de los clientes que quieren ayudarnos», termina.