La Iglesia disparó su labor asistencial en 2020 debido a la crisis económica

Marta Vázquez Fernández
m. vázquez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

MIGUEL VILLAR

«Fue un año muy difícil para nosotros» aseguró el obispo Leonardo Lemos

09 ene 2021 . Actualizado a las 14:24 h.

El 2020 supuso un ejercicio atípico en todos los sentidos. Todas las instituciones se vieron afectadas de alguna manera por la irrupción del coronavirus y los demoledores efectos que provocó y la Iglesia no fue ajena a estas complejas consecuencias. Así lo reconoció este mismo viernes el obispo de Ourense, Leonardo Lemos, que no tuvo objeción alguna en calificar que el año pasado «fue muy difícil también para nosotros». El cierre de las iglesias durante el confinamiento y la falta de actividad en los centros religiosos «generaron distorsiones» en la diócesis de Ourense, que pese a esta difícil tesitura sacó músculo en su plano más social, la asistencia a los desfavorecidos, que se multiplicaron durante el año de la pandemia.

«La iglesia estuvo ahí», destacó el prelado durante la presentación de la memoria de actividades del 2019, que también por la situación sanitaria se presenta en esta ocasión mucho más tarde que antaño. Lemos Montanet explicó que la actividad asistencial de la institución que lidera en la diócesis de Ourense se incrementó por la precaria situación económica en la que quedaron, y aún siguen, muchas familias, debido al cese de muchas actividades económicas. «El año pasado la sede central de Cáritas atendió a 2.570 personas con necesidades básicas urgentes», explicó el obispo, poniendo el acento en que 723 de esos demandantes de ayuda nunca antes habían recurrido a Cáritas.

Se trata, en concreto, de personas que acudieron a la sede central de Ourense y que solicitaron ayuda para hacer frente a situaciones de emergencia, como la falta de dinero para pagar un alquiler o una factura de luz, así como la necesidad de comida. Esto significa que el dato de personas atendidas por todos los departamentos de Cáritas entre los meses de enero y diciembre del 2020 será mucho mayor cuando se conozca la memoria de la entidad, que aún está recopilando todos los datos de los meses pasado. De hecho, en el año 2019, antes de la pandemia, de la ayuda de este brazo asistencial de la Iglesia en la provincia de Ourense ya se habían beneficiado 22.077 personas.

Lo que ya es evidente es que el incremento de esa labor asistencial desde la entidad sigue vigente y se ve también reforzada con la incorporación de más personas que están dispuestas a echar una mano. Y es que de los 121 voluntarios que había antes de la pandemia se ha pasado a 160, sumándose muchas nuevas manos que han sustituido a mayores que antes colaboraban y que tuvieron que dar un paso atrás por ser personas de riesgo ante una posible infección por covid-19. «Entre esas 161 personas tenemos rostros de gente joven, profesionales, estudiantes universitarios, y también ourensanos que están sin trabajo o en un ERTE y que quieren darle un contenido a su vida», explicó el obispo.

Gracias a esa ingente y solidaria «mano de obra» se puede dar servicio en asuntos para los que ahora hacen falta más manos que nunca. Como el reparto de comida. Y es que son muchas las personas que diariamente precisan de la ayuda de Cáritas para poder llevarse algo de comida a la boca y de ahí que la cifra de menús que se sirven haya crecido exponencialmente desde el mes de marzo del año pasado. Ese ejercicio, según los datos aportados por Leonardo Lemos, arrancó con 300 raciones diarias, pasando cuando ya arreciaba la pandemia a 546. «Ahora hemos subido ya a 670 comidas cada día», admitió el prelado, que recordó que «Cáritas presta un servicio que no se publicita porque no es nuestra intención, pero que está ahí».

En su aparición ante los medios Lemos Montanet quiso también agradecer su labor a los sacerdotes que mantienen las 735 parroquias que hay en la provincia en momentos complicados. «Son pequeños héroes que prestan un servicio desinteresado y cargado de humanidad».