«Vacinaremos a 9.000 persoas en máis de 140 residencias de maiores»

María Cobas Vázquez
maría cobas O BARCO / LA VOZ

OURENSE

Cuatro de los 22 enfermeros que trabajarán en la campaña de vacunación del coronavirus
Cuatro de los 22 enfermeros que trabajarán en la campaña de vacunación del coronavirus SERGAS

Hoy arranca la campaña en la vivienda comunitaria de Cudeiro

29 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Los problemas de Pfizer para cumplir los plazos de suministro de la vacuna contra el coronavirus han obligado a retrasar un día el inicio de la campaña de vacunación del coronavirus en la provincia. Hoy habrá un acto, casi simbólico, en la vivienda comunitaria San Marcos en Cudeiro (Ourense) pero no será hasta mañana que la campaña se haga extensiva a toda la provincia. Por delante, varias semanas de trabajo intenso para los 11 equipos de vacunación puestos en marcha por el Sergas con 22 enfermeros de centros de salud de la provincia. Hay otros 11 profesionales en la recámara para cubrir posibles imprevistos.

Nuria Martínez, enfermera del centro de salud de Mariñamansa, es una de las elegidas. «En total, vacinaremos a unhas 9.000 persoas, entre usuarios e traballadores, de algo máis de 140 centros de toda a provincia», señala. Son residencias de mayores, viviendas tuteladas y todo tipo de instalaciones para dependientes y válidos. Y una vez puesta la primera dosis, a los 21 días toca empezar de nuevo, para administrar la segunda. Así que el Sergas prevé al menos seis intensas semanas de trabajo, tres para la primera dosis y otras tres para la segunda. Cada día, los once equipos se repartirán para ir a una o dos residencias, según el volumen de ocupación de cada una de ellas. Hay centros pequeños, con apenas 50 personas, y otros que superan los 200. Cada mañana, un camión llevará las vacunas a las residencias en las que estarán los equipos. «Nós comprobaremos que están todas, que non se rompeu a cadea de frío», cuenta Martínez. Una vez confirmado que todo está correcto, comenzarán el proceso de preparación. La vacuna de Pfizer tiene que estar a entre 80 y 60 grados bajo cero, así que después se descongela para dejarla en neveras a entre 2 y 8 grados. Antes de administrársela al paciente, el enfermero tiene que «reconstituíla, con soro fisiolóxico», explica la enfermera. Y se deja un tiempo a temperatura ambiente para que la persona vacunada no note tanto el frío. Cada vial trae cinco dosis. Una vez terminado el trabajo en una residencia, si hay otra en el calendario para esa jornada, son los propios sanitarios los que transportan la vacuna, en neveras portátiles con acumuladores de frío. Al final de la jornada, si ha sobrado vacuna, la recoge de nuevo un camión.

Martínez es parte de un equipo «que somos persoal imprescindible, porque é moi necesario vacinar, pero non nos debemos esquecer do resto de compañeiros dos centros de saúde, que van ter que asumir o noso traballo». Su compañero en el centro de salud de Maceda, José Luis Álvarez, destacaba que la vacuna supondrá un «salto cualitativo e cuantitativo» en la lucha contra la pandemia. Señalaba que se trata de un momento «importante», porque supondrá un punto de inflexión «a un problema novo no mundo» al que nos estamos enfrentando, un coronavirus nuevo que está afectando a todo el planeta.

«Pode supoñer unha gran esperanza»

Álvarez remarcaba que los sanitarios siempre ven la aparición de una vacuna con optimismo. «Xa nos pasou co VIH-Sida, que sempre esperas que apareza unha solución: medicamentosa para curar cando estás enfermo ou preventiva, que é moitísimo mellor, se así evita que te contaxies», decía. Eso sí, señalaba que la pandemia no se erradicará mientras las vacunas no lleguen a todos los países del mundo, no solo a los desarrollados (como ahora).