La primera Navidad de la pequeña Sofía:  «Estaremos los tres en casa. No queremos arriesgar»

Pablo Varela Varela
P. Varela OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Agostiño Iglesias

Andrea Conde, que dio a luz en el CHUO a mediados de noviembre al estar afectada por covid-19, no vio a su hija hasta veinte días después

14 dic 2020 . Actualizado a las 15:02 h.

Andrea Conde, vecina del Concello de Sandiás, dio a luz el pasado 13 de noviembre a su hija Sofía. Se enteró de que había dado positivo por coronavirus estando en la habitación de dilatación. «Las sanitarias me ayudaron mucho en ese momento, porque se me vino el mundo encima», recuerda.

Todo salió bien en el parto, que tuvo lugar en el CHUO. A ella la aislaron en una habitación y la pequeña, que dio negativo en el test tras nacer, se quedó temporalmente en una incubadora por bajo peso. «Yo me perdí el momento, porque la anestesia fue muy fuerte durante el proceso, que implicó cesárea. Cuando me desperté solo preguntaba por ella, pero la matrona no me dejó sola ni un minuto y se agradece mucho», ilustra la madre. Desde entonces, estuvo aproximadamente unos veinte días sin ver a la recién nacida más allá de las fotos y vídeos que le facilitaban, por la necesidad de cumplir con la cuarentena tras el positivo en la prueba. «Para estar más tranquilos, lo hicimos así. Y hubo momentos difíciles, porque eran situaciones en las que solo quería estar con ella y poder cogerla. Fue tras una segunda PCR que me pidió Cristina, la coordinadora del centro de salud de Xinzo de Limia. Ahí di finalmente negativo y, cuando pudimos ir a verla, me puse a llorar muchísimo», dice.

La pequeña Sofía conoció su casa hace apenas una semana, cuando cruzó las puertas por primera vez. «Tuvimos mucha suerte con ella, porque es una niña muy tranquila y se pasa casi todo el día durmiendo», explica la madre riendo.

Pérdida de olfato y gusto

El caso de Andrea expone esa silenciosa capacidad que tiene el coronavirus para ir encontrando huéspedes a su paso. «Desde que me quedé embarazada apenas salí de casa. No nos íbamos de bares ni quedábamos con nadie. Es chocante que, aunque tomes todas las precauciones posibles, te pueda pasar, pero parece que está claro que ocurre igualmente. Y, por suerte, en mi caso no tuve síntomas asociados a febrículas o malestar físico de ningún tipo. Solo noté la pérdida del olfato y el gusto», explica la joven.

Ahora, las fiestas navideñas parecen una buena oportunidad para recuperar el tiempo perdido con la que ya es la nueva reina de la casa. Andrea y su pareja planean celebrar estas fechas solo con Sofía, sin que haya más visitas. La idea es quedarse dentro de un círculo reducido de prevención con la idea de evitar riesgos innecesarios, en referencia a quien pueda quitarse la mascarilla en las celebraciones. «Estas Navidades, los tres en casa, y punto. No queremos arriesgar y también nos parece el momento ideal para poder disfrutar de ella tras todo ese tiempo que estuve sin poder verla», señala.