«El partido frente al Breo siempre es especial, todo un derbi del Miño»

OURENSE

Miguel Villar

Álex Mazaira se ganó un papel destacado en el COB antes de viajar a Lugo

04 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Alejandro Mazaira Gómez (Ourense, 1997) destacó desde muy joven en esa nueva hornada de promesas del baloncesto ourensano. Tras formarse en la propia estructura de cantera del COB, tuvo la valentía de aventurarse con solo quince años en el torbellino de un gigante como el FC Barcelona, escalando hasta el filial en LEB Plata y Oro. Después de que el Manresa lo alineara en su vinculado Martorell y en el Zornotza, regresó a la segunda categoría nacional en Marín y García de Vitoria le ofreció la oportunidad de ser profeta en su tierra, de vuelta a casa.

«Es agradable estar cerca de mi gente y en el equipo dónde empecé después de siete años fuera, pero como siempre digo, soy uno más en el equipo y en la ciudad, no soy ningún niño que vuelve a casa, sino un profesional que forma parte de un proyecto deportivo muy interesante», matiza el propio Mazaira, aún admitiendo que a su nuevo entrenador no le costó mucho convencerlo para iniciar ese nuevo desafío en el Pazo: «La verdad es que confío en Gonzalo y en la propuesta que me presentó para seguir creciendo en este equipo. Además él también me demostró que confía en mí».

Pese a su juventud, Álex es un deportista con la cabeza bien amueblada y consciente de lo complicado que resulta asentarse en las categorías más nobles del baloncesto hispano, aún con la calidad y las condiciones físicas que ha demostrado en plazas como las del Barça y en las mismísimas selecciones españolas, con las que participó en Dubai (Mundial sub 17) y Grecia (Europeo sub 18). Por eso valora experiencias como la de Marín, en el pasado curso: «Me dieron la oportunidad de volver a competir en la LEB Oro y, aunque fue un año duro en el que solo ganamos cuatro partidos hasta que se detuvo la competición, me vino muy bien para adquirir experiencia en una categoría tan dura y seguir mejorando en mi juego».

En el Pazo cuenta con un entrenador que está en lo más alto en cuanto a tablas en la categoría y que también le allanará el camino para exprimir sus posibilidades, dentro de un equipo en el que ya es habitual en el quinteto de salida y, en todo caso, jugando muchos minutos de calidad, junto a hombres de un notable prestigio en el panorama nacional: «Creo que estoy trabajando bien con Gonzalo y con el resto de la plantilla. Me complemento bastante bien con Kevin -Van Wijk-, él es más físico y muy experimentado, el capitán del equipo. Yo, en cambio, juego más abierto, para tirar de media y larga distancia. Era lo que estaba buscando, un sitio donde poder ayudar en esas facetas del juego y poder seguir mejorando en aspectos como la defensa o poder aguantar en el cuerpo a cuerpo a rivales más fuertes».

La evaluación de Mazaira es positiva con respecto a lo que ha transcurrido de esta fase inicial del torneo liguero, pero sabe que no es bueno el balance de victorias/derrotas. Eso sí, confía en que sea cuestión de tiempo el hecho de que la plantilla cobista pueda traducir en triunfos sus esfuerzo durante la semana: «Estamos entrenando duro, pero está claro que el 2-4 no lo esperábamos tras seis jornadas, así que tenemos que apretar para ganar más partidos. También es verdad que hemos tenido poca suerte con las bajas y durante varias semanas tuvimos que quedarnos con nueve, por problemas que tampoco eran muy graves, pero que siempre dejaban a algún jugador al margen. De todos modos, ya nos entendemos bastante bien, tanto dentro como fuera de la cancha. Hay un gran ambiente y vamos a mejorar seguro».

Y como no podía ser de otro modo, Álex advierte que la inminente visita a Lugo es trascendental para todos, incluida una afición que de momento solo puede sentir en la distancia: «El partido frente al Breo siempre es especial, todo un derbi del Miño. Para la ciudad es muy importante que nos enfrentemos a un rival como este en un partido que ya es un clásico en el baloncesto gallego. Es una lástima que el público no pueda disfrutarlo en vivo, aunque en la reciente jornada ya comenzaron a volver, al menos unos pocos. Esperemos que la situación sanitaria mejore y podamos sentirlos más cerca dentro de poco tiempo». Durante dos semanas, la cita lucense fue todo un reclamo.