La hostelería sube la persiana: «Hay clientes que ya llamaron ayer para saber si íbamos a abrir»

Pablo Varela / X. M. R. OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Bares ubicados en el entorno de O Couto llevaban más de dos meses sin realizar su actividad habitual

04 dic 2020 . Actualizado a las 20:33 h.

Este viernes, Ourense se fue desperezando a la vez que sus bares subían la persiana, pero hay quien ya aguardaba este momento desde ayer. En la terraza del café La Coruñesa, Manuel Moreiro esperaba pacientemente su cortado. Hacía casi dos meses que su rutina diaria, la de hojear los periódicos a primera hora en el local, se cortó de cuajo. «Se echaba de menos. Siempre que vengo, lo primero que hago es leer las noticias. Pero en el papel. No hay nada como tocarlo, pasar la página...», contaba.

No era el único que aguardaba con ganas el regreso de la hostelería. En Casa Toñita hubo quien apuró su primer café de la mañana en el exterior del local, pero también quien se guareció dentro. Julio Vázquez, el propietario, cuenta que, desde el momento en el que la Xunta anunció el regreso del sector bajo las restricciones generales, ya recibió mensajes en los días previos para saber si abrirían. «Hay clientes que me llamaron ayer», contaba. Durante el cierre perimetral de la ciudad optó por hacer comidas y envíos a domicilio, también rumbo a Barbadás, pero lo que no faltó en esta primera jornada fueron los clientes de siempre al abrir la puerta. «Todos se han portado muy bien con nosotros», agregó. Con todo, otros años ya habrían cerrado cenas para los días de fiestas navideñas, algo que ahora parece más complicado. «La gente, como pasa con la hostelería, ahora vive y planifica en el día», ilustra Vázquez.

Mientras, en la calle Antonio Puga, una de las primeras donde Sanidade impuso restricciones tras la detección de brotes vinculados a la temporada estival, Marcos Padrón, dueño del bar Hora Meiga, volvía a la actividad con la música de The Doors de fondo y algo más de ánimo que en las semanas previas. Recuerda bien el día 18 de septiembre, porque fue cuando cerró sus puertas en plena subida de la curva de casos. «Por las redes sociales había gente que ya sabía que abriría, pero hay otros compañeros que han preferido esperar a hacerlo después del puente», explica.

Cuando la Consellería extendió la zona de restricciones a todo el barrio de O Couto con límite en la calle Progreso, justo en el borde, pero dentro de esa frontera blindada, se quedaron Roberto y Jenny, de la cafetería Escher. La cercanía del colegio Salesianos y el Juzgado Provincial le brindan una ubicación clave, en zona de paso constante de gente, pero llevaban dos meses y una semana sin realizar su actividad habitual. «Se echaba de menos algo de vidilla, pero ves que muchos clientes siguen optando por llevarse los cafés en vez de quedarse», dicen. Pero además, la cautela también impera entre el sector. Por ejemplo, en la cafetería JP, en el parque de Las Mercedes, los dueños anunciaron que abrirán el lunes 7 «para evitar riesgos en la salud y un posible posterior confinamiento debido a las aglomeraciones y euforia durante el fin de semana». 

Los hosteleros reclaman ayudas del Concello de Ourense 

El Concello de Ourense celebró el pleno en el Auditorio y antes del inicio del mismo el alcalde anunció que se iba a leer un comunicado por parte de un representante de las asociaciones de hosteleros presentes en la sesión. La representante de los hosteleros leyó un comunicado demandando toda una serie de medidas de apoyo y recriminó que el Concello no les había respaldado en estos meses, sí en las últimas semanas con reuniones y compromisos sobre la mesa.

Xosé Manoel Rodríguez

Tras la lectura, el alcalde, Gonzalo Pérez Jácome, rechazó las críticas recordando que fueron la Xunta y el Estado español los que decretaron el cierre de la hostelería y que Ourense ha sido la ciudad que más ayudas ha dedicado a los autónomos.

Cautela en Xinzo de Limia

La hostelería de Xinzo abrió hasta las 17.00 horas, y Alberto Rúa, presidente de la asociación local, intentaba ver el lado positivo. «Menos da unha pedra, pero non pasaba nada por abrir ata ás 23.00 horas. Agora hai que seguir con precaución, sentidiño e a ver se amplían horarios», decía.

Cara y cruz en Ribadavia

En el municipio, bares como La Huella del Gato mostraron algo más de ambiente hasta mediada la tarde, pero restaurantes como el Sábrego barajan no abrir, al menos, hasta el año que viene.