En la primera ocasión usaron las sillas de otro local para entrar por la ventana
04 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Bruno Nóvoa se toma casi con resignación el hecho, quizás porque espera que a la tercera fuera la vencida. El lunes de la semana pasada al llegar al local que regenta, Novo Milenio, en la avenida de Santiago, se llevó una sorpresa desagradable. Habían entrado de madrugada en el restaurante. Todo estaba revuelto. Los ladrones reventaron las máquinas registradora y tragaperras, abrieron todos los cajones y tiraron mesas y sillas. Se llevaron alrededor de 500 euros. «Entraron por una ventana trasera, por un lugar que ni siquiera los clientes habituales sabían que existía, usaron las mesas y sillas de otro local que estaban en la calle para poder entrar», explica Bruno Nóvoa. Un día después ya tenía nuevas máquinas y todo más o menos organizado, aunque con el disgusto del dinero desaparecido. Pero no pasó ni una semana y la historia se repitió, aunque en esta ocasión los ladrones utilizaron la puerta. «Entraron abriendo el candado y cuando se fueron lo dejaron casi mejor puesto que cuando lo hago yo», dice Nóvoa. Fue el viernes y volvieron a destrozar las máquinas. No contentos, regresaron un día después, esperando un mayor botín, pero ya no encontraron nada porque el local seguía con los mismos desperfectos que dejaron.
«La policía vino a tomar muestras y sé que al menos encontraron sangre en uno de los cristales que había por el suelo, por lo que pueden tener una pista. De todas maneras, ya sabemos que poco se puede hacer si se les detiene varias veces y vuelven a estar en la calle el mismo día», lamenta el propietario que afirma que el último robo que sufrió había sido hace 15 años.