Este mundo no es mío, lléveselo

Pablo Varela Varela
Pablo Varela EL APAGÓN

OURENSE

31 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay algo de ficción en esta pandemia. Acostumbrados a leer entre palomitas los mensajes proféticos sobre las distopías, a mirar de lejos las guerras o a recordar la peste bubónica en los libros de texto, de repente nos hemos dado de bruces con el pasado. En el año 2003, cuando se detectó el primer Sars, la OMS acudió a fórmulas añejas para cortar la cadena de transmisión del virus al otro lado del globo: aislamiento, cuarentena y cierre de fronteras.

La misma ropa de ayer parece la ropa de hoy, pero siempre se mira con recelo lo que no se ha vivido. No han pasado ni veinte años desde aquel episodio, que para algunos de nosotros no existió hasta que en marzo revisamos la hemeroteca. Imagino que el mundo, inmerso en esa cacareada revolución tecnológica, sigue siendo tan frágil como lo fue siempre. Habrá que ver, eso sí, si esa revolución es algo más que conectarse entre todos a las redes sociales para perder la perspectiva de lo que nos rodea, de lo que pasa en las calles, también en las residencias.

Se apaga la vida de nuestros mayores mientras se da por hecho que eso forma parte del ciclo natural de nuestra existencia. Nacer, crecer y decir adiós. En parte es así, pero nadie tiene menos derecho que el resto a vivir. No es así como, en teoría, debería funcionar esto. Pero mientras tanto, la pregunta del mes es qué haremos ahora con la reunión de Nochebuena. Ya ha llegado el turrón al supermercado, una señal de que no debemos perderla. Como si hubiese la opción de ganarse la batalla al virus haciendo lo mismo que hemos hecho siempre. Como si este mundo que nos ha tocado vivir no fuese el nuestro.