Los hoteles están casi vacíos y ya prevén un pésimo cierre de año

Cándida Andaluz Corujo
cándida andaluz OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Santi M. Amil

El sector turístico se debate entre parones temporales o definitivos

30 oct 2020 . Actualizado a las 14:37 h.

Con la ciudad cerrada para los visitantes, debido a la restricción de movilidad perimetral, el sector del turismo es uno de los más perjudicados. La festividad de Todos los Santos está a las puertas y los establecimientos hoteleros, casi vacíos. Las pocas reservas que tenían se han cancelado y únicamente hacen uso de sus habitaciones aquellos que acuden a la ciudad por motivos de trabajo· «Estamos bajo mínimos y todos son cancelaciones. Ahora mismo el futuro es muy incierto», explica Cándido Martínez, del hotel Novo Cándido. Con las habitaciones vacías, explica que por estas fechas en otros años la ocupación rondaba el 70 %. Esta situación, a la que se suma un año difícil, y las perspectivas de futuro han llevado a este hotel a tener al 60 % de su plantilla sujeta a un ERTE.

Santi M. Amil

En el hotel Altiana la situación es similar, aunque en este caso se ha optado por contratar por horas y evitar así que todos se queden en casa. «Hasta julio del año que viene no espero que cambie nada», augura pesimista Alberto García. «Tengo dos o tres habitaciones con gente durante la semana, son trabajadores. De momento no pienso cerrar, ni siquiera momentáneamente, porque para nosotros es fastidiado perder algún cliente porque se vaya a otro establecimiento», añade.

«Estamos bajo mínimos y todos son cancelaciones. Ahora mismo el futuro es muy incierto»

En el NH no esperan a turistas durante esta festividad: «Al estar confinados la situación es clara: no se puede entrar en Ourense», También han tenido que cancelar reservas en unas fechas que en años anteriores funcionaban muy bien, llegando la ocupación en este establecimiento hasta el 80 % . «La gente no se fía y no sabe lo que puede pasar. Nosotros vivimos al día», añade. En Carrís, más de lo mismo. En este caso, hace ya dos semanas que cierran los sábados y domingos. «Todo Ourense está cerrado, no hay ocio...», afirma una empleada. Explica que durante la semana siempre hay gente de empresas hospedada, pero poco más. «Sí que estamos presentando presupuestos a gente que nos lo pide, pero no se concreta por la situación», añade.

Santi M. Amil

En el hotel Miño ya valoran el futuro. Es decir, no descartan cerrar las puertas unos meses si la situación no cambia y a la vista de que el confinamiento y el estado de alarma pueden durar más tiempo. «Estando como están Asturias, Portugal y Castilla y León, pues imagínate. Nosotros cerrados y ellos también ¿Quién va a venir a hacer turismo aquí?», dice una empleada.

Si la situación es desesperada para los establecimientos hoteleros, para las agencias de viajes es trágica. Tanto que, o bien han recortado días de apertura o han cerrado sus puertas. El sector no tiene perspectivas de futuro y ya fía su recuperación al fin de la crisis sanitaria. «Mientras la actitud individual no cambie, seguirán los contagios. Por eso ya no tenemos ni plazos, hasta que haya cura no volveremos a abrir las puertas», dice el dueño de una agencia ourensana que ya cierra tres días a la semana sus puertas. Charo Campuzano, de viajes Aldyra, lo tiene claro. En diciembre deja a un lado la agencia de viajes -hasta tiempos mejores- y se centrará en el sector de la telefonía móvil, al que se apuntó ya en el mes de agosto al comprobar que el futuro no era nada halagüeño. «No estamos mal, estamos peor. No hacemos nada de nada. Desde marzo solo he gestionado tres reservas. La Navidad ya vemos que tampoco e incluso descartamos la Semana Santa del 2021», relata. Explica que ya han cerrado algunas agencias por no poder mantener el negocio. «Al final hay que buscar alternativas porque todos los meses hay que seguir pagando facturas», incide. Al igual que los hoteles, y de forma paralela, únicamente cancelan o preparan presupuestos para viajes que no pueden concretar por la falta de seguridad.

«No estamos mal, estamos peor. No hacemos nada de nada»

Los guías turísticos también sufren el parón. Rosa Dorado señala que actualmente solo pueden trabajar con cuatro personas en cada grupo, con lo que aumenta el presupuesto, y que con las restricciones de movilidad está totalmente estancado: «Los guías estamos resignados aunque muy preocupados por el futuro».