«Hay quien tenía dudas y tras el confinamiento decidió divorciarse»

Marta Vázquez Fernández
marta vázquez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

El estado de alarma paralizó las demandas de divorcio, que se vuelven a reactivar en la provincia de Ourense

19 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La declaración del estado de alarma, el pasado marzo, paralizó muchas actividades y la judicial fue una de ellas. Aunque los juzgados de guardia se mantuvieron activos y las salas dieron respuesta a situaciones urgentes que se fueron presentado durante las semanas de confinamiento, el impacto de la crisis sanitaria causada por el covid-19 se hizo notar de forma muy significativa en las demandas de disolución matrimonial, que se desplomaron especialmente a lo largo del segundo trimestre del año.

Así lo indican los datos del Consejo General del Poder Judicial, que cifran en un 40 % la reducción de demandas de divorcio o separación que se presentaron en Galicia. En Ourense, esa caída se mantuvo también en esos niveles, con apenas un centenar de demandas presentadas en los juzgados entre los meses de abril y junio.

Eso sí, la vida sigue y las rupturas de parejas vuelven a formar parte del día a día judicial. Es más, según los expertos aunque por ahora no se ha registrado un repunte significativo de asuntos, sí que hay constancia de que los meses de convivencia obligada que provocó el confinamiento han podido llevar a muchos matrimonios en los que las cosas ya no estaban funcionando bien, a dar el paso hacia la separación. «Hay gente que si tenía dudas, tras el confinamiento ya sabe que se va a divorciar», asegura Victoria Diéguez Guerrero, abogada ourensana experta en Derecho de Familia. Admite la profesional que es habitual que tras los períodos largos de convivencia, por ejemplo las vacaciones de verano, se disparen las consultas de hombres y mujeres que quieren iniciar los trámites de separación. «La gente en verano se da cuenta de que la convivencia no es plena y en septiembre es habitual que se incrementen este tipo de casos», asegura la letrada, que admite que tras el confinamiento se ha producido un efecto parecido.

Así las cosas, entre enero y junio se han presentado en la provincia 227 demandas de disolución de parejas, lo que supone que, como media, cada día de este año se ha roto un matrimonio en la provincia de Ourense. El divorcio, que disuelve el vínculo, es la modalidad por la que se deciden en la mayor parte de los casos las parejas ourensanas, y aunque son más los casos en los que hay consenso, la conflictividad va en aumento, con casi un centenar de litigios en los que los cónyuges no se pusieron de acuerdo. Son los juzgados de primera instancia los que intervienen sobre los aspectos patrimoniales que hayan generado la pareja, mientras que lo relativo a los hijos menores de edad se sustancia en el juzgado de familia.

Y es que también todo lo relacionado con los hijos, tanto de parejas casadas como de quienes no dieron ese paso, implica a menudo que los tribunales deban decidir. Este año, ya se han acumulado más de 150 asuntos de este tipo en la provincia de Ourense, con repuntes cuando llega la época estival. «Julio siempre suele ser un mes conflictivo por el cumplimiento de las visitas, hay niños que tienen que pasar el mes de vacaciones con el padre o la madre con el que no conviven durante el resto del año y eso les genera malestar», explica la letrada, que recibe consultas de clientes que buscan cómo poder solucionar ese tipo de situaciones de forma que los menores no tengan que vivir situaciones traumáticas. «Hay padres que no ejecutan las visitas durante todo el año, no ven a sus hijos los fines de semana que les toca, y a lo mejor se pasan seis meses sin ver a esos pequeños, por lo que no existe un vínculo afectivo y cuando llegan las vacaciones no quieren irse con ellos», explica la letrada, que recibe muchas consultas de madres -porque también son ellas las que tienen más custodias- que quieren saber qué se puede hacer.

«Las relaciones de pareja tienen tendencia al conflicto», asume la profesional que durante sus años de trayectoria ha visto a más mujeres que hombres dar el paso hacia la ruptura.

Las rupturas llevan tres años en caída, mientras suben los pleitos por los hijos menores de edad

Las rupturas matrimoniales acumulan meses de retroceso en Ourense, quizás en una proporción directa a la reducción en los matrimonios que se formalizan año tras año. Así, los datos del Consejo General del Poder Judicial evidencian que en 2017 fueron 643 las parejas que decidieron poner fin a la convivencia; esa cifra se redujo hasta las 594 en el 2018, mostrando una tendencia negativa que se constató en 2019, cuando se formalizaron 538 divorcios o separaciones.

A 30 de junio de este año, último dato del que se dispone por el momento, habían sido 227 los matrimonios disueltos, por lo que todo apunta a que al cierre del 2020 volverá a constatarse otro recorte en este capítulo.

Eso sí, esta realidad no implica que los juzgados se hayan visto liberados de resolver sobre asuntos de familia. Y es que mientras caen las separaciones, crecen los casos de parejas no casadas que acuden a los tribunales para resolver sobre la custodia de los hijos. Este año, en el primer semestre, se han contabilizado más de medio centenar de demandas en las que los padres no han podido llegar a un acuerdo sobre la custodia de sus vástagos menores de edad, siendo más los casos de este tipo que aquellos en los que los padres, de mutuo acuerdo, acordaron su propio convenio regulador. La litigiosidad, por tanto, va en aumento.