«En este estadio disfruté mucho y también lloré en varias ocasiones»

Luis Manuel Rodríguez González
luis m. rodríguez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Santi M. Amil

Jorge Pérez sigue visitando el feudo rojillo tras el fin de su vida laboral en O Couto, a lo largo de cuarenta años

19 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La vida de Jorge Pérez Rodríguez (Ourense, 1951) giró durante años alrededor de una edificación tan simbólica como la del estadio de O Couto. Desde pequeño, mientras correteaba a su alrededor detrás de un balón, hasta hoy mismo, cuando -ya jubilado- sigue acudiendo en cuanto ve la puerta abierta a cualquier evento o actividad que se desarrolla en su interior.

«Nací ahí en frente, a unos metros de aquí, crecimos en este barrio y salíamos a jugar en los terrenos que había sin construir. Ahora vivo en As Lagoas, pero fueron cuarenta años trabajando aquí y unos más siguiendo al Club Deportivo Ourense desde la grada», destaca un Jorge al que también podíamos ver -atento-, mientras se constituía la Unión Deportiva en aquel triste, pero a la vez esperanzador, verano del 2014. El que fuera fiel guardián y cuidador del césped lo tiene claro: «Este es el equipo que sigue la tradición del que desapareció, es el Ourense».

Comenzó a aficionarse a los colores ourensanistas para seguir la trayectoria de su hermano, José Luis Tatís, que llegó al primer equipo en Tercera: «Estuvo a punto de formar parte de la plantilla de las treinta victorias en treinta partidos, pero justo antes de empezar la Liga lo cedieron al Arenteiro». Aún así, la semilla estaba plantada y era fácil verlo en el graderío de O Couto. Y, aunque dejó de jugar en la categoría de juveniles para ponerse a currar como pintor, el destino lo llevó a pie de campo, poco tiempo después: «Eran los tiempos de Paco Paz y me habían contactado por medio del señor Roque, el masajista del club. Nunca me hubiera imaginado que iba a pasar tanto tiempo aquí dentro».

El gesto de Jorge se hace más nostálgico cuando llega el momento de echar la vista atrás: «En este estadio disfruté mucho y también lloré en varias ocasiones. Desde niño siempre me creó una gran ilusión, celebré victorias y ascensos. Después, cuando comencé a trabajar aquí, mi relación con jugadores, entrenadores y demás personal del club se hizo más estrecha. Además de ocuparme del campo, echaba una mano en lo que necesitaran, con el material o en los viajes».

Enfatiza el operario en lo que representaba por entonces O Couto para el equipo, a diferencia de lo que sucede ahora en todos los clubes, con los campos de entrenamiento: «Aquí era donde hacíamos vida, se entrenaba, se jugaba o incluso se realizaba cualquier gestión, a cualquier hora».

En ese momento, su expresión se endurece: «Además tuvimos mala suerte, porque cuando comenzamos a salir a entrenarnos fuera fue para ir al campo del Seminario y allí murió Lito», apunta mirando al monumento que recuerda al joven futbolista fallecido, frente a las oficinas de O Couto: «Aquello fue una tragedia, algo muy difícil de superar, porque era un gran chaval».

Con todo, en momentos de mayor dificultad se extraen lecturas más positivas y, a la hora de recordar a esos personajes que le calaron más hondo en su paso por el club ourensanista, hay uno que resalta en especial y le hace recordar otro momento un tanto traumático: «Me llevé muy bien con muchos jugadores, que después de retirados me siguen demostrando mucho cariño. Recuerdo a Hortas, a Casimiro y un momento especial cuando me abracé con Aloisio en aquella esquina del campo, al descender en el 2008. Es una gran persona, nos seguimos escribiendo y estoy muy contento porque lo han nombrado nuevo entrenador del Melilla para este año. Sé que va tener suerte y ojalá podamos ascender y volver a coincidir con él en la Segunda B».

Y es que nadie aparta a Jorge Pérez de O Couto.

«Jugué en la Juventud Antoniana con Plácido Díaz, el fundador del Ponte»

Que el corazón de Jorge Pérez es ourensanista está fuera de toda duda, pero mientras charlamos distendidos en las dependencias de O Couto, saluda a Diego Sotelo -infatigable integrante del organigrama del Ourense CF-, a lo que no duda en añadir: «Siempre me llevé bien con ellos y, si son los que juegan el domingo, vengo a verlos y me disgusto si no ganan. Entre vecinos tenemos que llevarnos bien». A continuación sonríe y vuelve a rebobinar su mente: «Jugué en la Juventud Antoniana con Plácido Díaz, el fundador del Ponte. No estuve mucho tiempo, era en juveniles y después ya me puse a trabajar, pero siempre tuvimos una relación cordial. Las rivalidades deben quedarse en el campo».

Y también se queda en O Couto un cierto halo familiar del entorno de Jorge: «Mi hija Ita sigue en el club, ayudando en lo que puede, también está con el marcador y colaborando para la megafonía, entre otras funciones. Para ella también es especial, comenzó a andar aquí, cuando yo trabajaba. Son muchos años». Una sentencia que repitió en numerosas ocasiones.

Quién es. Su rincón.

Quién es. Jorge Pérez Rodríguez nació en 1951 y es uno de esos niños que en el barrio de O Couto de aquella época comenzaron a emular a sus ídolos en las explanadas que rodeaban el campo.

Su rincón. Entró en el estadio en la época de Paco Paz y por mediación del masajista, Roque. Allí trabajó durante cuarenta años, cuidando el césped y echando una mano en lo que fuera necesario.