Octubre, el tercer período con más muertes por covid-19 en la provincia

Pablo Varela Varela
pablo varela OURENSE / LA VOZ

OURENSE

MIGUEL VILLAR

Desde el inicio de la epidemia, solo hubo más fallecimientos en dos tramos de abril

15 oct 2020 . Actualizado a las 11:37 h.

Cada semana, la Consellería de Política Social remite a las residencias sociosanitarias un aviso con las restricciones marcadas para cada comarca, en base al mapa de niveles de alerta por la epidemia de coronavirus. En base a ese aviso, se toman las decisiones correspondientes a la gestión de visitas. E incluso algunas optaron por tomar medidas adicionales a las ya marcadas por la Xunta.

Durante la primera ola, los geriátricos de la provincia asumieron el blindaje total como la única opción para cerrar las puertas al virus y evitar más fallecimientos entre sus mayores. Sin embargo, también se detectó que ese encierro tenía un punto perjudicial para ellos. El impacto emocional derivado de la soledad o la imposibilidad de ver a los familiares, especialmente para gente con deterioro cognitivo, se notaba. Un dilema más, ya que, en principio, cerrar filas y aislarse del exterior parece solaparse con la importancia vital de mantener conectados, y en persona, a los residentes con su gente de toda la vida.

Ahora, el virus, como pasó a finales de marzo, ha vuelto a colarse en las residencias. Uno de los problemas está en la detección de los casos asintomáticos entre el personal que lleva varios días consecutivos trabajando, una realidad difícil porque nadie está totalmente libre de exposición en su vida diaria. En el caso de las de Os Gozos (Pereiro de Aguiar) y Val de Monterrei, ya se habían constatado positivos durante el estado de alarma, meses atrás. En la Nosa Señora do Viso, de Lobeira, sin embargo, no. El primer fallecimiento registrado en la provincia a causa del covid-19 fue en la San Carlos, de Celanova. Y en esta primera quincena de octubre, el Sergas notificó un total de 25 muertes entre los hospitales de la provincia y los centros residenciales.

La media de edad de los que perdieron la vida en la provincia en esta fase es de casi 85 años. Según fuentes sanitarias consultadas, alrededor de dos puntos superior a la del resto de decesos registrados durante la epidemia, nada especialmente significativo. Siete de ellos rebasaban los 90. Según el Sergas, del total de fallecidos por coronavirus en el área sanitaria de Ourense, Verín y O Barco de Valdeorras, el 47,5 % tenía entre 80 y 89 años, mientras que un 31,6 % los superaba.

Hasta el momento, las dos primeras quincenas de abril pasaban por ser los tramos con más índices de fallecimientos en la provincia. Entre los días 1 y 15 de dicho mes se registraron 63 muertes. Desde el día 16 y hasta el 30, fueron 29 los ourensanos que no superaron la enfermedad. Fue entonces, a finales del cuarto mes del año, cuando comenzó el descenso de la curva de casos activos, aunque el goteo de muertes se mantuvo al ralentí. Se detuvo en las 132 entre inicios de junio e inicios de agosto, cuando una mujer de 91 años, afectada por el brote detectado durante la temporada de verano en el concello de Vilar de Barrio, murió en el hospital de Verín.

Ahora, el otoño parece haber mandado un aviso con los primeros quince días de octubre, el tercer período de la epidemia con más decesos. Once de los fallecidos estaban ingresados en el CHUO, otros siete en el hospital comarcal de Verín, dos en el de Valdeorras, uno en la Clínica Santa Teresa (Cosaga) y otros tres perdieron la vida en los centros residenciales donde eran usuarios.

El impacto en los mayores

En el área sanitaria provincial señalan que, a diferencia de lo que ocurrió en la primera ola, el virus se está detectando más en personas jóvenes. «E hai unha mensaxe que debemos repetila sempre que faga falta. Entre os máis novos, o covid-19 pode ter uns efectos leves, moderados ou que sexan asintomáticos. Pero coa xente maior temos que asumir que non pasa o mesmo», avisa el gerente, Félix Rubial.