La pandemia trae nuevos horarios y hábitos académicos a los centros

Maite Rodríguez Vázquez
maite rodríguez OURENSE / OURENSE

OURENSE

Santi M. Amil

Docentes y familias se adaptan a clases vespertinas o a la jornada única

11 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La pandemia del covid-19 está cambiando los hábitos de estudio. Durante el estado de alarma, profesores y alumnos tuvieron que adaptarse sobre la marcha al estudio en línea y a distancia. Con la vuelta a clase, la incorporación efectiva del alumnado a los centros ha provocado nuevos cambios, que afectan a la organización familiar, y de nuevo a los hábitos, esta vez por modificaciones de horarios. Hay centros que han tenido que habilitar clases vespertinas para parte del alumnado, incluso telemáticas, y otros han solicitado jornada continua en lugar de partida.

La adaptación a las cambiantes normas del protocolo covid llevó a que algunos centros tuvieran que modificar el horario lectivo con el curso en marcha. Es lo que ha pasado en el instituto Otero Pedrayo de Ourense, en el que los alumnos de 1º y 2º de Bachillerato están haciendo el curso en horario vespertino (de 15.30 a 21.00 horas). «O cambio de criterio da Consellería, a principios de setembro, sobre a distancia interpersoal, que pasou dun metro a 1,5 metros, provoca que non cabe todo o alumnado. Non hai aulas suficientes, nin con tamaño adecuado para o número de alumnos», explica el director del centro, Daniel Lorenzo.

La solución no gustó a todos los padres. Se movilizaron para recoger firmas y presentaron un escrito ante la delegación de Educación. Consideran que este horario perjudica la conciliación de la vida familiar y escolar/laboral, que dificulta el control parental sobre los menores que por la mañana no tienen clase, que limita o anula las posibilidades de que tengan actividades extraescolares o de refuerzo académico, y que se redujeron las materias optativas. Les molestó que no se les consultase ni se les planteasen alternativas y que se les comunicase la decisión por la plataforma Abalar.

«Trastoca toda a vida familiar e invalida calquera actividade extraescolar, de formación ou deportiva. Comunicouse a través da Abalar, sen buscar o consenso cos pais», dice Fina Calleja, madre de un alumno de 1º de Bachillerato, que se manifiesta «radicalmente en contra». «Me enteré del horario por un mensaje que llegó al programa de Abalar. Me parece un despropósito, porque va en contra del hábito académico y de lo que les habíamos inculcado sobre el estudio. Yo estoy preocupada por el rendimiento, en este año (2º Bachillerato), que es muy importante. Podemos empezar así, pero que busquen soluciones», añade Ina Sequeiros, madre de un estudiante del curso preparatorio de EBAU. «No sé de quién es la decisión pero me parece errática. Lo que me dice el niño es que le cuesta más concentrarse, por lo pesado que es con la mascarilla, y porque les cambia mucho el hábito de estudio. No pueden ir a clases de inglés, al conservatorio o a academias para clases de refuerzo», comenta una madre de un alumno de 2º de Bachillerato, que pide no dar su nombre.

Estas madres afirman que se pusieron en contacto con la AMPA, pero que no tuvieron su apoyo. El director asegura que la decisión no es del centro, sino de la Consellería de Educación, que eligió entre las «dos alternativas reais» que se presentaban ante la falta de espacio, y se decantó por el Bachillerato por la tarde, en lugar de la opción de clases semipresenciales, reforzando el profesorado con diez docentes. «Os representantes dos pais na ANPA e no consello escolar entenden a situación», dice el director, quien comparte la queja de que la comunicación del cambio pudo ser improvisada.

Son unos 300 alumnos los que cursan Bachillerato en el Otero Pedrayo. Sobre las optativas, Lorenzo asegura que este ano no se pueden mezclar alumnos ni fusionar materias pero que el Otero es uno de los centros con más optatibilidad. Sobre espacios, el director comenta que el inmueble anexo ya se usa para grupos de ESO pero las aulas no permiten más de 18 alumnos. Otro edificio en desuso planteado como opción por los padres disconformes necesitaría una reforma después de quince años cerrado. El director asume que «hai cousas negativas» en las clases por la tarde, pero lo ve mejor desde el punto de vista académico que el ir una semana sí y otra no.

En Maristas: «Tratamos de reducir el riesgo mayor: las interacciones sociales»

 Evitar concentraciones de padres y madres al llevar a sus hijos al colegio era el objetivo que se fijó el colegio Maristas de Ourense al solicitar a la jefatura territorial de Educación la prolongación, de forma extraordinaria, del horario de jornada continua que se venía utilizando en septiembre. Se reducen así de cuatro a dos las entradas y salidas al centro, y con ello las posibilidades de riesgo de acumulación de personas. Y la medida está resultando eficaz en estas primeras semanas, explican desde el centro.

Lourdes Parente, jefa de estudios de Infantil y Primaria y coordinadora covid de Maristas, indica que la organización de entradas y salidas de los alumnos con esta reducción de frecuencias va «muy bien». «La entrada al centro es escalonada, de 9 a 9.15 horas, por puertas diferentes, con un máximo de 150 personas, teniendo en cuenta que nuestro patio es muy grande, y solo un adulto puede acompañar a cada niño. Las familias están colaborando mucho y abandonan el centro al dejar al niño con el profesor encargado», apunta.

El cambio de horario puede significar un problema de conciliación para los padres que trabajan por la tarde y que eligieron este u otros centros, entre otros motivos, también por la jornada partida que ofrecían. Desde Maristas se especifica que este horario de jornada continua es una «medida excepcional» por la situación de la pandemia y que el centro contactó con las familias para conocer qué casos necesitarían servicios de conciliación para quienes precisen que los niños se queden más tiempo atendidos en el centro. Una veintena de niños reciben este servicio de tardes.

Santi M. Amil

«Tratamos de reducir el riesgo mayor que hay en el colegio: las interacciones sociales. Antes había cuatro momentos al día con ese riesgo y ahora son dos. La gran mayoría de familias están muy contentas», señala Parente. Quienes mejor se comportan son, una vez más, los niños, que aceptan la división del patio durante los recreos; este centro organizó tres turnos de descanso, cada uno para nueve clases y cada una con su campo de juego vigilado por un profesor. «Los niños son muy obedientes. Dan una lección de adaptación», defiende la coordinadora.

Modificaciones limitadas en el tiempo por la actual situación

Desde la Consellería de Educación apuntan que, en el contexto del covid-19, fueron varios los centros educativos de la provincia que solicitaron ante la jefatura territorial la adecuación de su horario a la situación del centro como medida excepcional. La autoridad educativa aprueba la solicitud, siempre que esté motivada y aprobada por el consello escolar, y si hay el informe favorable de inspección, «sen que isto supoña unha reducción da xornada lectiva establecida na normativa vixente e sen condicionar os servicios de transporte e de comedor do centro». Los casos de modificaciones tienen una duración limitada en el tiempo y vinculada con la situación de pandemia. No es un cambio de jornada, que tiene su propia regulación y procedimiento, especifican.

Los cambios de horarios resultan siempre complicados y es difícil contentar a todos. Algunos centros, como Salesianos o Carmelitas, decidieron mantener la jornada partida por considerar que era la mejor solución en este momento, aunque también contaban con alguna oposición.

Semipresenciales

Otros centros tuvieron que buscar modelos híbridos, para responder a las necesidades que se detectaron una vez iniciado el curso. Fue el caso del IES Ferro Couselo de Ourense, que se encontró con un problema de aforo y espacio para dar cabida a 174 alumnos de ESO usuarios de transporte escolar pero que no utilizaban el servicio de comedor. Por ello el centro solicitó la anulación temporal de este servicio, que tenían los lunes, y terminar las clases presenciales a las 14.10 horas completando el resto de horas de esa jornada lectiva (dos clases) de forma telemática.