Los hosteleros de Ourense se defienden: «Nós non o fixemos mal!»

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

OURENSE

Santi Amil

Más de un centenar de empresarios participan en la concentración del sector hostelero en la Praza Maior

09 oct 2020 . Actualizado a las 10:41 h.

En la Praza Maior de la capital apenas había sitio para nadie más, distancia de seguridad mediante, esta mañana, durante la concentración organizada por el sector hostelero ourensano. Más de un centenar de empresarios y empleados participaron en un acto simbólico con el que buscaban pedir ayuda a las autoridades, porque como recalcaron en el manifiesto que se leyó durante la sentada: «Nós nono fixemos mal!». Lo leyó Quique Fidalgo, presidente de la asociación Véxote nos Viños y propietario de O Frade. Y en su discurso habló de injusticia por las nuevas restricciones adoptadas y de miedo al cierre indefinido de muchos locales. Los hosteleros ourensanos se apoyan en la ausencia de brotes en bares o restaurantes de la capital: «Estannos obrigando a arranxar un mal que nos é alleo cando acatamos as normas e as instrucións en todo». Adaptaciones de seguridad y de prevención contra el coronavirus que explican le supusieron una gran inversión. «Hemos tenido gastos increíbles en geles y en desinfectantes, hemos limitado nuestro espacio para mantener la distancia entre clientes, uso de mascarilla y prohibición de fumar en terraza. Hemos acatado todas las normas y aún así nos siguen golpeando semana tras semana y día tras día con nuevas normativas y restricciones», explicaba Álex Castro, portavoz de la Asociación de Hostalaría e Restauración Ourensá (Ahrou) y responsable de La Perla, en A Ponte. 

Las terrazas de los bares que rodean la Praza Maior, salpicadas con algún que otro cliente en el mejor de los casos, sirvieron de marco para una concentración en la que el único punto de color lo puso el naranja de los carteles de «Se vende» que sujetaban los empresarios, en los que se podía leer: «Razón en... la Xunta de Galicia». La tristeza y preocupación de los profesionales de la hostelería se hizo visible este jueves por la mañana, mientras apuntan a la cooperación y apelan a la responsabilidad individual como una de las soluciones posibles. «Esta situación está provocando negocios baleiros ou mortos. Nós non sabemos facer outra cousa», terminaba Quique Fidalgo.

El sector contó con el apoyo del alcalde de la ciudad, Gonzalo Pérez Jácome, quien también estuvo presente en el acto. «É un sector moi castigado e teñen todo o noso apoio neste drama que están a vivir», dijo el regidor, minutos antes de reunirse con los representantes de las diferentes asociaciones. Entre las medidas que Jácome propone está la de presentar al pleno la supresión de la tasa de veladores para 2021 y 2022. En clave política, el portavoz de Ciudadanos, José Araújo, afeó al regidor que buscara "unha foto" cuando, asegura, no hizo nada por el sector en los últimos meses. Se refirió a posibles medidas que se podían haber tomado como la de habilitar plazas de aparcamiento para las terrazas o la aprobación de la nueva ordenanza de veladores. 

Desde propietarios de negocios con tanta tradición en la ciudad como el Catador hasta los gerentes de proyectos más nuevos como el Kilómetro 0, todos participaron en la sentada con el fin de encontrar una respuesta para su situación.

Santi M. Amil

«Son unas medidas desorbitadas»

La vinoteca Cotrozo, en O Couto, está cerrada desde que comenzaron las restricciones en el barrio ourensano, el 18 de septiembre. Su propietaria, Patricia Madriñán, participó en la concentración. «Me parecen unas medidas completamente desorbitadas», explica. Esta ourensana trabaja además como empleada en el Café Plaza, cuyas características, con la terraza, le permiten seguir abierto. «Vivo las dos situaciones y cualquiera de las dos es mala, porque esta restricción va a provocar que mis jefes tengan que recurrir a los ERTE y también me va a afectar por ese lado», finaliza Madriñán.

Santi M. Amil

«Hicimos la caja más baja del local»

Pedro Fernández es el propietario de la Taberna do Perico, que continúa abierto con el servicio de terraza y el de comida a domicilio. «Es un momento muy complicado, incluso para los que todavía se nos permite seguir abriendo. La bajada de gente es tan grande que creo que el viernes pasado hicimos la caja más baja desde que abrimos, hace 15 años», dice. Este empresario afirma no comprender las razones que han llevado a aplicar las nuevas restricciones que afectan directamente a su sector. «No hay ningún hostelero contagiado y eso indica que los brotes no se generan en los bares ni en los restaurantes. Hemos intentado hacerlo todo bien y no comprendemos que se nos castigue así», concluye.