Elena Cuerda: «Mi padre se sintió acogido en Galicia desde el primer día»

Pablo Varela Varela
pablo varela OURENSE / LA VOZ

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Elena Cuerda, hija del cineasta albaceteño José Luis Cuerda
Elena Cuerda, hija del cineasta albaceteño José Luis Cuerda Santi M. Amil

El Festival de Cine Internacional de Ourense homenajeó al director de cine albaceteño, fallecido el pasado mes de febrero

01 oct 2020 . Actualizado a las 18:33 h.

La provincia de Ourense era su segunda casa, y será en la capital donde el cariño hacia José Luis Cuerda quedará expuesto de por vida. Este miércoles, Elena, una de las dos hijas del cineasta, asistió a un acto de homenaje del Festival de Cine Internacional de Ourense (OUFF) a su padre y descubrió la placa conmemorativa en honor a su trayectoria, ubicada en el cruce entre la rúa das Tendas y la Praza Maior. «Que sea reconocido aquí es un orgullo para toda la familia», dice Elena.

-«Lo que él quería era hacer disfrutar a todos», dijo en el acto. ¿El cine de su padre venía de su carácter?

-Fueron muchos cines. Hay uno emocional, que llega más, y luego otro caracterizado por la comedia, para hacer pensar y muy profundo. Dos cines muy distintos. ¿Si tenía que ver con su forma de ser? Sí, porque al final casi todos los guiones eran suyos, y tienen una parte fundamental de sí mismo.

-Su trayectoria terminó con una distopía. ¿Él siempre miraba al futuro?

-Era una tendencia que tuvo desde que hizo Total. Su actitud ante la vida no era para nada pesimista, porque disfrutaba mucho, pero con respecto al mundo tenía esa visión, porque decía que quien era muy optimista no era capaz de ver lo que estaba pasando. Que hay cosas suficientemente graves y malas como para ser pesimista. Eso es lo que le hacía enfocar y tener siempre presente el fin del mundo.

-¿Habría encontrado argumentos para una nueva película en los tiempos surrealistas que vivimos?

-No lo sé, pero me lo pregunto muchísimo. Me hubiera encantado saber qué pensaría de esta situación. A lo mejor no le sorprendería tanto, porque con esa cabeza que tenía, capaz de pensar historias tan surrealistas y rocambolescas, a lo mejor pensaría que nos lo tenemos merecido. Las cosas pasan porque tienen que pasar. Lo que es seguro es que le daría muchas vueltas y le generaría angustia e incertidumbre, como a todos. Estoy segura de que él estaría preocupado por lo ocurrido en la epidemia.

- En sus últimas obras, la sensación es que su padre estaba desencantado con lo que veía. Le pasó en el 2013, cuando usted se marchó a Holanda. ¿Comparte su visión?

-La situación tras la crisis del 2008 hizo que mucha gente se tuviese que marchar al extranjero para buscar trabajo. Y él era una persona muy critica. Lo que opinaba salía claramente en los medios y no tenía pelos en la lengua. Sentía mucha libertad para decir lo que pensaba.

-¿Qué era Galicia para él?

-Encontró unos paisajes que le llamaban mucho la atención. Le atraían desde que rodó El Bosque Animado hace ya mucho tiempo. Conocía estos parajes boscosos, la Galicia interior que siempre le gustó. Y también la gente, porque aquí tuvo amigos maravillosos estos años, era estupendo estar aquí y charlar con ellos. Se sintió acogido desde el primer día, y tenía una paz que ahora vivimos nosotros, que estamos aquí una temporada, y que en Madrid no encuentras. Es otro ritmo, otra calidad de vida. Él no hacía una contraposición directa con la ciudad, pero quizá era lo que sentía por dentro.