«Habiendo nacido en Fráncfort, visitar a mis abuelos era una aventura»

La Voz

OURENSE

Bernardino González durante unas vacaciones en el Caribe en el 2004
Bernardino González durante unas vacaciones en el Caribe en el 2004 CEDIDA

El exárbitro ourensano Bernardino González recuerda sus vacaciones de infancia en Coste de Monte (Cea)

21 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Aún hoy, pasados muchos años, siento una especial ilusión al visitar el lugar vacacional de mi infancia, Mandrás (Cea), concretamente Costa de Monte. Para mí, habiendo nacido en una ciudad de cierta envergadura como Fráncfort, ciudad cosmopolita con una infraestructura viaria y de transporte público muy importante, el poder visitar a mis abuelos en esa aldea era una auténtica aventura.

De una ciudad bulliciosa a un paraíso de tranquilidad, de tener muchas precauciones desde el punto de vista de la seguridad vial a tener toda la libertad de jugar por el pueblo sin temor a ser atropellado por un vehículo. Aunque no había peligros relacionados con el tráfico rodado, sí tengo en la retina aquellas advertencias que me hacían mis abuelos de que no me acercara a las vacas para no sufrir un percance y que no me subiera a los muros de piedra, cuestiones que me hacían especial ilusión por la novedad y porque las cosas que nos gustan suelen estar condicionadas.

Hablando de vacas, recuerdo que me encantaba acompañar a mis abuelos cuando iban a ordeñarlas, me resultaba fascinante, quizás desde el punto de vista sanitario no fuera lo más recomendable, pero para mí tomar un vaso de leche recién ordeñada era un manjar de dioses. Igual de fascinante me resultaba montar en el carro con aquellas ruedas de madera que parecían ser de una tremenda fragilidad, pero resultaban ser enormemente robustas. Otra cuestión que me resultaba especialmente llamativa era que el pan no se iba a comprar a la panadería como hacíamos diariamente en Alemania, en este caso el panadero venía por el pueblo (pero no todos los días) a vender pan, las empanadas, las rosquillas y un largo etcétera. Algo similar ocurría con el pescadero que creo recordar pasaba por allí una vez por semana.

El ex árbitro en una foto de su infancia
El ex árbitro en una foto de su infancia

La fuente del pueblo, que aún hoy se encuentra enfrente de la casa donde vivían mis abuelos, se convertía diariamente en lugar de tertulia, al atardecer allí se relataban numerosas experiencias relacionadas con cualquier actividad, ya fueran noticias de actualidad, experiencias del día a día pasando incluso por relatos de la guerra civil, en fin, para mi eran historias verdaderamente fascinantes.

Incluso en numerosas ocasiones se organizaban las tareas de campo que se iban a realizar al día siguiente, la gente se brindaba a colaborar con tal o cual vecino a la hora de recoger patatas, dar sulfato a las viñas o cualquier tarea de campo que hubiera que realizar. La cercanía de la fuente nos resultaba cómoda para abastecernos de agua, ya que por entonces la casa de mis abuelos no disponía de agua corriente, cuestión que para mí también resultaba totalmente novedosA.

Al ser una pequeña aldea no había muchos niños de mi edad, pero encontrar un entretenimiento resultaba muy fácil, desde corretear por el pueblo, jugar con un balón por aquellos caminos llenos de piedras, observar ranas o lagartijas, o algún chapuzón en el río, en fin, un contraste total con el día a día al que estaba acostumbrado en Alemania.

Pasados los años la emoción sigue aflorando al recordar esos veranos cargados de grandes experiencias y a tantas personas que físicamente ya no están entre nosotros.

Partido del 2005 entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid en el que Bernardino ejerció como colegiado
Partido del 2005 entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid en el que Bernardino ejerció como colegiado BENITO ORDOÑEZ

«Estos meses los dediqué a organizar material de mi época arbitral»

¿Quien nos iba a decir que este verano resultaría tan novedoso para todo el mundo, en especial para nuestra generación, por sufrir una pandemia que sin duda pasará a la historia? Este hecho que condicionó nuestros hábitos de vida con su lógica repercusión, esa limitación que nos privó de disfrutar con la intensidad habitual de los encuentros familiares, de los amigos, actos festivos o deportivos, etcétera.

Pero como se dice por aquí, no hay mal que por bien no venga, así que estos meses los he estado dedicando fundamentalmente a organizar material de mi época arbitral, tarea que tenía pendiente de llevar a cabo desde hace bastante tiempo y también retomar con cierta regularidad la actividad física.