El centro educativo Guillelme Brown tiene ya todo listo para un organizado regreso de los alumnos
06 sep 2020 . Actualizado a las 11:36 h.«Prácticamente está todo listo». Así define la situación, a menos de una semana de que los niños regresen a las aulas después de seis meses, la directora del colegio Guillelme Brown, en Pereiro de Aguiar. El centro concertado, gestionado por una cooperativa de profesores, lleva ya varios meses siendo objeto de las reformas y cambios necesarios para adaptarse a los protocolos sanitarios, por lo que a estas alturas no se ven apurados por la vuelta al cole. «Nosotros el sofocón nos lo dimos en el mes de junio, cuando empezamos a organizar el campamento de verano», cuenta la docente. Precisamente, la positiva experiencia de esa iniciativa, que se desarrolló durante el mes de julio y en la que participaron decenas de niños, sirvió para sentar las bases de la «nueva normalidad».
Lo primero que ha habido que cambiar es la limpieza. «Hemos hecho un reparto de baños por curso y se van a limpiar tres veces al día. El gasto en ese capítulo ha aumentado mucho», confirma Montse Couñago. En cuanto a la distribución de las aulas, los cursos quinto y sexto de primaria se trasladan a partir de ahora a un nuevo edificio, y se ha previsto que los alumnos de cada dos cursos dispongan de zonas de entrada independiente, con acceso y puerta que solo usarán esos dos grupos. La previsión, y para eso se ha dispuesto ya toda la señalización necesaria, es que los pequeños no se encuentren con los mayores, de forma que se minimicen los riesgos de un posible contagio de covid-19 en el centro.
El amplio espacio natural del que dispone el centro, se convierte con la nueva situación en uno de los puntos fuertes, ya que permitirá que no haya que hacer turnos de recreo ni tampoco de comedor, repartiéndose a los escolares por zonas para que disfruten al mismo tiempo de su momento de descanso, si bien evitándose el contacto entre unos y otros. En el comedor, eso sí, se han realizado cambios, asignándose a partir del arranque del curso puestos fijos. «Hemos comprado bandejas de acero para que los niños tengan que usar menos utensilios y de esta forma se reduzcan los riesgos, porque hay menos posibilidad de intercambio», explica la directora.
Con una plantilla de 21 docentes, la idea es que a las aulas vayan tanto los tutores como los especialistas, si bien ya tienen previsto cómo proceder para el caso de que se detecte algún contagio. «Si hay un positivo por covid en el centro cada tutor se hace cargo de su clase durante todo el día, ya no irán los docentes especialistas», asegura la directora, que advierte que en el colegio ya se han reservado para cada grupo de 25 alumnos dos aulas, convirtiendo espacios que antes eran de uso común, en clases. Además, se han asegurado de que en todas ellas haya ventilación natural. «Tenemos aulas de 65 metros cuadrados con un volumen amplio de ventilación, y si hay algún problema se desdoblarán, ya está previsto que se pueda hacer», señala Couñago, que destaca también las posibilidades que tiene el colegio para realizar actividades al aire libre, otra situación con la que se controlan mucho los riesgos de contagio.
Habrá extraescolares
Y en contra de lo que previsiblemente ocurrirá en otros centros educativos, que por ahora no tienen claro qué pasará con las actividades extraescolares, en el Guillelme Brown ya las han programado y ya han informado de ellas a los padres. Con cambios, claro. «Las vamos a mantener con los protocolos covid; si antes había clases en las que se mezclaban los alumnos, ahora serán grupos estables», detalla la directora, que también explica que serán grupos más pequeños en los que primarán la mascarilla y la distancia entre unos y otros. «Se hará todo conforme al protocolo», garantiza la docente, que está tranquila ante la reapertura de las aulas este mismo jueves. «Los niños colaboran mucho, son obedientes y eso nos va a ayudar», asegura.