«Cada clase será un grupo burbulla no centro, no comedor e no bus escolar»

María Cobas Vázquez
maría cobas O BARCO / LA VOZ

OURENSE

Xoaquín Freixeiro, coas mochilas viaxeiras da biblioteca
Xoaquín Freixeiro, coas mochilas viaxeiras da biblioteca LOLITA VAZQUEZ

El colegio Conde de Fenosa ha establecido un estricto protocolo para evitar que el coronavirus haga estragos

06 sep 2020 . Actualizado a las 11:18 h.

Estos días todavía está tranquilo, pero a partir del jueves volverán el bullicio, las risas y los juegos al CEIP Condesa de Fenosa de O Barco de Valdeorras, en el que estudian 340 niños de infantil y primaria. En el centro que desde este curso dirige Xoaquín Freixeiro tienen un estricto protocolo para tratar de evitar que el coronavirus haga estragos, lo que obliga a modificar las rutinas que conocían los chavales.

Ya a la hora de entrar habrá cambios. En cada curso hay dos clases (tres en primero, aunque C a modo de organización funcionará con B) y los de A nunca se juntarán con los de B. No coincidirán en la entrada, ni en los recreos ni en el comedor. Ni tampoco en el autobús. Los de A entrarán (hay cinco puertas habilitadas, según los cursos) a las 9.15 y en fila irán hasta el pabellón, donde habrá una zona reservada a cada grupo. Reunido el docente con sus alumnos, partirán hacia sus clases; y llegarán los de B a las 9.30 para hacer lo mismo. En el caso de los transportados de B, tendrán su propio hueco para esperar mientras se distribuyen los de A.

Una vez dentro del centro, hay un plano de circulación señalizado. «Irán en fila e ningunha vez se encontrarán de fronte. Buscamos a estanqueidade dos grupos», señala Freixeiro. «Estarán máis seguros aquí os nenos que no parque», dice.

Ya en clase, se suprimen los 15 minutos de lectura silenciosa nada más entrar. Este curso esa actividad irá unida al recreo, que llegará tras tres horas lectivas. De esta forma, mientras los de A salen 25 minutos al patio, los de B se quedan en clase leyendo. Y después al revés. Ni siquiera se cruzarán en el cambio, porque mientras unos subirán por la escalera sur, otros bajarán por la norte. Una vez en el patio, el campo está dividido en 10 campos de juego, uno para cada curso. «O obxectivo é que teñan espazo para correr e airearse», razona Freixeiro. En caso de lluvia, tendrán que quedarse en clase.

Tras el recreo será la cuarta hora lectiva y de nuevo volverán a dividirse. Los de A bajarán al comedor (o se irán a casa), mientras los de B tienen la quinta hora; y después al revés. A las 14.55 horas saldrán los de A y diez minutos después, los de B.

El comedor en el salón de actos

También hay cambios en la comida. Hasta ahora, los dos comedores «era para estar pegados, porque o usan 313 rapaces», explica Freixeiro. Para mantener las distancias habrá dos turnos, y también se repartirán menús en una zona del salón de actos (que será además, junto al aula de psicomotricidad, el espacio donde se dará el servicio de madrugadores).

Con el protocolo diseñado, desde la dirección ven un agujero en el tiempo que (fuera de los meses de septiembre y junio) transcurre entre que los chavales salen del comedor y entran en clase. Con todos en el patio sería imposible mantener los grupos burbuja. Es por eso que solicitaron a la Consellería de Educación poder mantener la jornada única durante el tiempo que dure la pandemia.

Reconoce también cierta preocupación por el transporte escolar, en especial con las líneas de Vilanova y Éntoma (las más numerosas). Están en conversaciones con las empresas adjudicatarias del servicio y las cuidadoras que van en el bus para trazar un protocolo que mantenga los grupos burbuja. «A idea é que os nenos da mesma familia vaian xuntos, que todos teñan o mesmo asento todo o curso e que se respecten os grupos estables; por exemplo, que un rapaz de 5ºA vaia sentando con outro compañeiro de 5ºA, pero separado dos des 4ºB», explica.

Tampoco la biblioteca se libra de los cambios. Funcionará por turnos para los alumnos de segundo a sexto de primaria. El material usado se meterá en un baúl de cuarentena y se desinfectará. Para los más pequeños se ampliará el programa de «mochilas viaxeiras». «Cada luns os nenos levarán unha selección de cinco libros, que devolverán o venres, e despois as mochilas pasarán a fin de semana en corentena», resalta Freixeiro.