SMaría del Carmen Sampayo es economista y la actual decana del Colegio de Economistas de Ourense.
i algo positivo nos ha dejado esta crisis sanitaria es la acometida de algunos de los cambios necesarios en la sociedad. La aceleración del proceso de digitalización al que se han visto obligadas empresas, familias, instituciones y hasta la propia administración ha puesto fin a esa tendencia a procrastinar que es tan habitual. Esta digitalización ha dado lugar a un cambio de hábitos y de modo de consumo que hace que a las actividades relacionadas con la tecnología, la informática y el comercio electrónico les espere un próspero otoño en línea con la progresión ascendente de estos meses.
Sin embargo, no nos debemos olvidar las brechas (social, económica y de género) que ha puesto de manifiesto esta digitalización: ni familias, ni empresas , ni instituciones y ni siquiera las administraciones públicas (incluida la educación), estaban preparadas para acometer estos cambios. Esto último ha devenido en momentos de auténtico colapso y ha puesto una sobrecarga de trabajo no retribuida en la mayoría de los casos, para los colaboradores sociales, como somos los economistas. Procede, como bien refleja el último observatorio financiero del Consejo General de Economistas, abordar la redimensión de la estructura funcionarial del estado tras esta crisis.
Por eso son necesarias medidas de apoyo a todos los colectivos que incidan en la subsanación de las iniquidades existentes y, fundamentalmente, medidas que sean de fácil tramitación para todos los operadores económicos y sociales, me refiero a una reducción real de la burocracia. La digitalización no debe ser demagógica, tiene que ser efectiva. Falta formación digital, escasean recursos económicos y, en muchas zonas del rural, e incluso urbanas, faltan infraestructuras.
En este otoño se espera una subida de impuestos, subida que debería de venir acompañada de una renovación del sistema fiscal, para conseguir que el alza de determinados tipos de Impuesto de Valor Añadido (IVA) o la creación de recargos en el Impuesto sobre la Renta de Personas Físicas (IRPF) fuese lo más justa y progresiva posible. Se apunta a una dotación mayor de recursos para hacer aflorar la economía sumergida y a una reforma de los impuestos medioambientales. Sin embargo, se haría necesaria una bajada en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) y/o el Impuesto de Actividades Económicas (IAE) para favorecer a los pequeños empresarios.
En los sectores que se están mostrando más sensibles a los rebrotes sanitarios y directamente afectados por las medidas ad hoc indispensables de contención del virus, como son el turismo ,comercio, sector textil y hostelería, se hace fundamental una prolongación de la acertada figura de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) durante el año 2020 y quizá parte del 2021
Fundamental dotar a la sanidad y educación de recursos económicos y humanos. No olvidemos nunca que las medidas que se tomen para solucionar la crisis que estamos viviendo redundarán en un beneficio para toda la población por lo que debe de existir una unidad de acción.
El Colegio de Economistas de Ourense, en colaboración con la Diputación de Ourense, continúa asesorando gratuitamente en materia fiscal, laboral, financiera y contable a las empresas y autónomos de la provincia afectadas por la pandemia, a través del programa Portelo único empresarial Covid-19.