O Ribeiro teme que limitar la uva para vino de mesa incite al abandono

m. c. REDACCIÓN / LA VOZ

OURENSE

Santi M. Amil

Desde la DO dicen que el decreto de junio prohíbe usar el excedente a ese fin

15 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Las pequeñas fincas de O Ribeiro dibujan un paisaje parecido a una de esas colchas de patchwork confeccionadas con retales sobrantes, piezas de tela con las que se confeccionan verdaderas obras de arte. En O Ribeiro pasa un poco igual. Con las uvas que nacen en las viñas que crecen en esas fincas, algunas de menos de media hectárea, se hacen vinos excelentes cuya supervivencia está directamente relacionada con el mantenimiento de la actividad de los 1.700 viticultores que el año pasado estaban adscritos a la denominación de origen y que se reparten en torno a unas 1.365 hectáreas productivas.

Ese es un asunto que preocupa en el consello regulador, sobre todo porque como explica su presidente, Juan Casares, la entrada en vigor del real decreto 557/2020 del 9 de junio aprobado por el Gobierno central tras la pandemia «pode acelerar indirectamente o abandono no Ribeiro».

La razón es que, como explica, muchos viticultores que hasta el año pasado podían destinar el excedente de producción que no podían entregar a la denominación de origen al superar los rendimientos por hectárea establecidos en el reglamento de la D.O., no podrán hacerlo este año. Los límites marcados por los pliegos establecen un rendimiento por hectárea de 13.000 kilos para uvas de casta como treixadura, godello... y de 19.000 kilos para el palomino. Hasta ahí pueden entrar en la denominación.

«Poño un exemplo para que se entenda o cambio que supón o novo decreto. Imaxina un viticultor que produce por hectárea 24.000 quilos. Ata os 19.000 pode mandalos para viño da D.O., os 1.000 que van ata os 20.000 podería dedicalos a viño de mesa, pero os 4.000 restantes terá que desbotalos porque o decreto prohibe usar máis de 20.000 quilos por hectárea a viño de mesa», dice Casares, para el que eso «vai ser un problema no Ribeiro».

Para entender por qué puede suponer un problema en el caso de que no se cambie la normativa de aquí a que empiece la vendimia -este año parece que podría adelantarse- basta con ver el perfil del viticultor de esta zona: «A idade media dos produtores é de 62 anos, unha boa porcentaxe dos que entregan uva supera os 70 ou 75 anos. Moitos deles manteñen a actividade por unha cuestión sentimental», dicen desde el consello regulador. Para esas personas, apunta Casares, el ingreso adicional que les dejaba la uva que iba para vino de mesa les ayudaba a sufragar gastos de producción como, por ejemplo, los fitosanitarios. De ahí el temor que sobrevuela sobre el consello regulador en cuanto a la aplicación del decreto.

Desde Medio Rural, además de recordar que su apuesta son los vinos de calidad, aclaran que el real decreto depende del ministerio y los topes de producción por hectárea están recogidos en los pliegos de cada denominación de origen.

¿Habrá modificación?

Parece que se está trabajando con el Ministerio para lograr un cambio que adapte la norma a la realidad de Galicia en general y de O Ribeiro en particular. Es lo que indican desde Unións Agrarias, desde donde reconocen que tal y como está el decreto ahora no se podría dedicar a uva para D.O., un 25 % más de uva de los baremos recogidos en el pliego de condiciones del consello regulador, como se hizo el año pasado. Y tampoco podría dedicarse el excedente a vino de mesa. De no arreglarse antes de la vendimia, calculan que podrían perderse unos 800.000 kilos de uva.